MELBOURNE, Australia (AP).- La tercera fue la vencida para Marat Safin. El ruso, quien había perdido dos finales del Abierto Australiano, no falló esta vez, y derrotó ayer al local Lleyton Hewitt en un duelo de alta tensión, para coronarse al fin. Safin fue dominado en el primer set, pero acabó imponiéndose por 1-6, 6-3, 6-4 y 6-4 en el primer duelo final disputado por la noche en este torneo.

«Uno realmente no podía llamar tenis a lo que jugué en el primer set», dijo. «No podía creer que yo pudiera jugar tan mal. Luego, en el segundo mejoré más o menos».

El ruso, cuarto preclasificado, ganó su segundo título de Grand Slam, tras embolsarse el Abierto Estadounidense en el 2000. Tras aquel triunfo, Safin, de 25 años subió al primer lugar del escalafón mundial y luego llegó a caer hasta el número 86, ante una serie de lesiones en el 2003.

Safin comenzó su repunte aquí el año pasado, y llegó a la final del Abierto Australiano, donde cayó ante el suizo Roger Federer.

El jueves, en las semifinales, el ruso eliminó a Federer, el primer lugar del escalafón, cortándole una seguidilla de 26 triunfos.

«Quiero felicitar a Marat, eres uno de los mejores jugadores del mundo», dijo Hewitt, quien pese a la derrota ascenderá al segundo lugar del escalafón, desplazando al estadounidense Andy Roddick. «Venciste al tenista que parecía invencible. Mereces este título».

Safin le devolvió la cortesía al australiano.

«Eres un guerrero, Dios te ha dado un talento sorprendente para pelear hasta el final»», dijo el ruso, quien agradeció al público, «pese a que el 90% apoyó a Hewitt».

Aunque suele generar controversia -y causó el enojo de tres adversarios por sus constantes gritos y aspavientos en la chancha durante el torneo- el agresivo Hewitt se derrumbó en la final. Buscaba ser el primer local en coronarse en el Abierto Australiano desde que Mark Edmonson lo hizo en 1976.

Los espectadores que llenaron las tribunas trataron de alentar a Hewitt, quien no pudo responder esta vez.

«Podré salir con la frente en alto por haber dado mi mayor esfuerzo», dijo. «Pero en este preciso momento, soy un ser humano y me siento decepcionado. Haber llegado tan cerca y entrenado tan duro… por el momento es difícil asumir (la derrota)».

El sábado, la estadounidense Venus Williams venció a su compatriota Lindsay Davenport, en la final de mujeres.

Safin, quien recibió en su teléfono celular un mensaje en que le deseaba suerte el otro ruso que ha ganado títulos de hombres en el Grand Slam -Yevgeny Kafelnikov- pareció presionado al comienzo del partido. Ganó sólo tres puntos y perdió los primeros tres games. Sufrió un quiebre de su primer servicio, tras fallar cuatro tiros de revés.

Las tribulaciones de Hewitt comenzaron en el segundo set, cuando sacaba en 1-2. Safin logró el rompimiento.

En el tercer set, las tensiones se acumularon. Hewitt comenzó a darse aliento con gritos de: «­Vamos!», pero también perdió la compostura ante el juez portugués Carlos Ramos, quien modificó la decisión sobre un tiro de Safin. La repetición de la TV mostró que la pelota dio sobre la línea.

Safin recibió masaje en los muslos, en desventaja por 3-0, y aprovechó también para hacer un reclamo en español a Ramos.

A Hewitt se le marcó una infracción, por pisar la línea en el primer servicio, cuando el game estaba 4-2. El australiano ganó el punto tras un largo intercambio y luego recibió una amonestación por señalar con un dedo al juez que le había marcado el mal saque.

Hewitt pareció desconcentrarse, y Safin remontó, tomando una ventaja de 5-4. Después de que el ruso resolvió el set, fue Hewitt quien solicitó un masaje en los muslos, que le dieron molestias durante todo el torneo.

Safin ganó confianza, y rompió el servicio de Hewitt en el primer game del cuarto set. Ligó así siete games ganados en forma consecutiva.

El rompimiento bastó para darle el cetro al ruso. En match point, cuando Hewitt sacó de la cancha un tiro de derecha, Safin celebró discretamente la conclusión del duelo.