En la temporada correspondiente a los años 1974-75 ocurrió un enfrentamiento entre la Federación de Peloteros Profesionales y la liga de béisbol que alcanzó un grado tal de intensidad que en el juego programado a efectuarse el 26 de diciembre en Santo Domingo entre las Águilas Cibaeñas y los Leones del Escogido los jugadores regulares nativos de esos equipos no se presentaron a juego obedeciendo un llamado a huelga de parte de los federados.

Esto obligó a que esos conjuntos apelaran a sus reservas para que junto a los importados pudieran efectuar el encuentro pautado y cumplir el compromiso de lugar con los fanáticos y los patrocinadores comerciales del evento.

Eso ofreció la oportunidad para que debutara en el profesionalismo un joven lanzador derecho de apenas veinte años perteneciente a los escarlatas llamado Raúl Ferreira el cual trabajó durante los nueve episodios de ese juego y aunque perdió el partido una carrera a dos, ponchó a doce contrarios con lo que impuso una marca de más ponches propinados en un juego para un lanzador nativo debutante. Aunque la hazaña fue el fruto de una circunstancia, esta por eso no deja de tener todo su valor histórico.

Incluso con las limitaciones de lugar, el juego tuvo un gran dramatismo finalizando con la diferencia antes señalada, logrando las Águilas el triunfo viniendo de atrás pues los Leones habían anotado en el segundo episodio y después de Ferreira colgar siete ceros en forma consecutiva, empataron en el octavo logrando en el noveno anotar la carrera con la que triunfaron. Por los cibaeños trabajó en el montículo el zurdo norteamericano Kevin Kobel quien permitió el paso del entonces también novato Nino Espinosa en el séptimo capítulo trabajando este en los últimos dos episodios y así anotarse la victoria.

Las Águilas presentaron la siguiente alineación: Miguel Diloné en su primer año como regular defendiendo el bosque central, Salvador Rosario en el campo corto, Chuck Manuel en la inicial, Bobby Darwin en el jardín derecho, Alberto Louis en el izquierdo, Ponciano Cruz en la antesala, Charlie Moore detrás de la goma, el cual recibió tres ponches de Ferreira, Félix Minaya en la intermedia y Kobel de lanzador. Los Leones iniciaron con Jesús Figueroa en el bosque izquierdo, Rick Manning en el derecho, Jim Tyrone en el central, Roger Freed como receptor, Simón Rosario en la primera base, Rafael Nina en la intermedia, Makey Moreno en la esquina caliente, Manuel Del Carmen en las paradas cortas y Ferreira de lanzador.

En ese verano el diestro novicio nativo de Jima Abajo, provincia de La Vega, había actuado con el equipo Billings de la liga de los Pioneros, sucursal de los Rojos de Cincinnati, donde trabajó en 58 episodios con promedio de efectividad de 5.90, ganando un solo juego en nueve decisiones. Además de la señalada salida, ese año realizó cinco más e inició dos juegos más, terminando la temporada con marca de 0-2 y en 22 episodios ponchó un total de quince rivales.

[b]FRASES CÉLEBRES[/b]

“Lo sé, pero yo tuve un mejor año que él”Babe Ruth, respondiendo a la pregunta de un reportero sobre su salario de US$80,000.00 en 1930 el cual era más alto que el del presidente de los Estados Unidos de entonces, Herbert Hoover de US$75,000.00. Ese fue el año de la gran depresión en la economía norteamericana.

[b]MARCAS INFAMES (6)[/b]

En la temporada de 1957-58 la inicial de las Estrellas Orientales fue ocupada por Yompy Jiménez, un excelente jugador defensivo pero con muy poca habilidad para batear. Ese año agotó 125 turnos y solo pudo disparar 18 incogibles para promedio de .125 el cual ha sido el más bajo para un jugador que haya agotado más de cien turnos oficiales en una campaña.

A esa marca quien posteriormente más se ha acercado es el norteamericano Lou Klimchock, también de la Estrellas Orientales, el cual “reforzó” ese equipo en 1964-65 y fue dado de baja cuando bateaba para porcentaje de .140 en 107 viajes oficiales al pentágono.

El único hombre en la historia del béisbol dominicano con un promedio por debajo de doscientos puntos en una temporada con más de dos centenas de turnos al bate agotados lo ha sido Dick Sanders del Licey. En 1958-59 jugó durante toda la serie regular con el equipo azul bateando para .183 en 202 veces. Fue licenciado concluida esa primera etapa del torneo cumpliendo así los Tigres lo establecido en el acuerdo que habían hecho al respecto con los Yanquis, organización a la que pertenecía Sanders.