El Movimiento Marcha Verde, con apenas cuatro meses de haberse fundado para manifestarse contra la corrupción y la impunidad, se ha consolidado como una organización de lucha popular y de la sociedad civil, y ha recorrido casi todo el país exigiendo justicia.
Su agenda es para que los políticos que hurtan el dinero del pueblo lo devuelvan y vayan a la cárcel.
La Marcha Verde no tiene bandera ni lema de partido político. Desde diciembre de 2016 a esta fecha ha logrado desarrollar las concentraciones más multitudinarias, no tradicionales: Marcha Verde contra la impunidad el pasado 22 de enero en Santo Domingo, la firma del Libro Verde en febrero, la Llama Verde en marzo, que recorrió varias ciudades del Norte, el Sur y el Este del país, movilizando a las comunidades.
La Marcha se prepara para la caminata de la ciudad de Santiago el próximo domingo, a la que están convocados los ciudadanos de las 14 provincias del Cibao. Está presente en el Distrito Nacional y las 31 provincias del país.
Mary Cantisano, socióloga, doctora en educación y co-fundadora de la Marcha Verde, afirma que empezaron con la finalidad de luchar hasta que quede un vestigio de corrupción.
Ayer, un grupo de miembros de la Marcha Verde de la ciudad de Santiago viajó a Santo Domingo para llamar a unirse a la caminata del próximo domingo. Nelson Cerda dijo que parten desde las avenidas Circunvalación y Hermanas Mirabal. Cantisano participó en la rueda de prensa en el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y afirmó que funcionarios del Gobierno, como Félix Jiménez (Felucho) y el senador de La Vega por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Euclides Sánchez, entre otros funcionarios, han dicho que ha habido sobrevaluación en las obras realizadas por el Gobierno con la empresa brasileña Odebrecht, “y aun así, esta gente sigue atropellando”.
Como todos los integrantes, viste de color verde, y dice, “es tan fuerte la impunidad y la corrupción que llevo el verde de la esperanza”.
Cantisano, viuda del fenecido político y abogado Ramón Almánzar, ve que la población dominicana es esencialmente sana en sentimientos, voluntades y principios, que decide vivir dignamente con la satisfacción en sus derechos fundamentales. De ahí, apunta, que la gente desea agua potable, energía eléctrica, salud integral, desplazarse con seguridad y desplazarse de día y de noche.
Empero reconoce que la población precisa educación de aulas, con contenido, “no esa falsa revolución educativa, porque es mentira la revolución educativa del presidente Danilo Medina. Una revolución educativa incorpora el enfoque de género, la igualdad, la equidad, educación física, artes, lenguas extranjeras y la ética”.
Penurias. Señala que falta una albetización que empiece con la H de hambre y D de democracia. Los miembros de la Marcha Verde se reafirman, entregan y apuestan a la lucha social, y consideran que las carencias de este tiempo son inversamente proporcionales al tiempo transcurrido desde el 1492, época de la llegada del navegante Cristóbal Colón.
Acusan a los gobernantes de empobrecer al país, utilizar, excluir y condenar a los dominicanos a la pobreza, “y aún así, estamos de pie contra la impunidad”. La Marcha Verde vela por los reclamos cotidianos de los agrónomos, del sector salud (clamor de médicos y pacientes), las demandas de los maestros. Entre sus miembros figuran la educadora María Teresa Cabrera, los economistas Héctor Turbí y Manuel Robles; Milly Pérez y Domingo de la Cruz, Natalia Mármol, los periodistas Altagracia Salazar y Jonathan Liriano, y la dirigente de las enfermeras Altagracia Peguero. En Santiago están Rafael Pimentel, Luis E. Almonte, Yaniris Espinal y Ramón Estrella. Sus integrantes acompañaron en la lucha contra la cementera en Los Haitises, a favor del 4% para educación y contra la Barrick Gold.