Hace poco en el editorial de mi programa de televisión “Dialogando con Glenn Davis”, me referí a la recién realizada Marcha del Millón, convocada por el colectivo Marcha Verde. En éste, abordamos brevemente dos puntos específicos, que, desde nuestra óptica, deben llamar a la reflexión a la ciudadanía del país.

Es evidente que ya el impacto mediático de la misma fue superado por diversos temas nacionales como era de esperarse. Aun así, les presentaré aquel análisis un poco más extenso.

En primer lugar, la asistencia: si todo el que estuvo presente el pasado 12 de agosto en la tan cacareada Marcha del Millón, asistió espontáneamente porque tiene el firme interés de que en la República Dominicana se combata seria y decididamente la corrupción, y por la existencia de una justicia transparente donde no haya espacio para la impunidad, pues, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), debe esforzarse para variar esa percepción en unas 30 mil personas que participaron ella.

Y digo esta cifra, porque ciertamente la Marcha del Millón fue exitosa en asistencia, pero en números ronda más o menos esta cantidad y no la que algunos de sus organizadores han querido vender a través de la opinión pública. Movilizar 100 mil personas, no es tarea fácil, algo que ni siquiera se registra en los antecedentes históricos de la política dominicana, así que no nos llamemos a engaños.

De otro lado, está el financiamiento: con frecuencia vemos y escuchamos a los principales voceros de la Marcha Verde decir, que sus actividades son costeadas por cada uno de sus participantes, y obviamente se puede creer que los ciudadanos paguen su un vehículo en el cual transportarse. Sin embargo, de dónde sale el dinero de la logística organizativa, cómo se pagan todos los distintivos (camisetas, gorras, souvenirs, etc.…), agua, el equipo de seguridad y limpieza utilizado en sus manifestaciones. Para esas interrogantes, todavía no se tiene una respuesta mínimamente aceptable.

Es por ello, que cuando vemos cómo son perseguidos con sometimientos a la justicia contra ex mandatarios de países latinoamericanos por corrupción, los cuales germinan de reclamos de diferentes “grupos sociales”, concluimos en que, todo obedece a una estrategia de los Estados Unidos, quienes buscan dominio encubierto de estas naciones.

Todo indica, que República Dominicana no es la excepción, con el financiamiento a Participación Ciudadana y el Colectivo Marcha Verde, entre otras entidades de la “Sociedad Civil”, a través de la USAID, los Estados Unidos buscan crear un ambiente de ingobernabilidad en el país, a los fines de sacar al PLD del gobierno e instaurar uno que termine obedeciendo a sus intereses. Localmente, estos cuentan con el apoyo de grandes empresas y grupos económicos resentidos por medidas del gobierno, quienes lo han expresado públicamente.

De acuerdo a estos apuntes sobre la Marcha del Millón, el PLD está llamado a reinventarse y unificarse, para enfrentar los embates políticos que se le avecinan.