Organizaciones religiosas, populares y cívicas de la Zona Norte del Distrito Nacional, realizaron el Viernes Santos un viacrucis por el derecho a la vida, la solidaridad y para reclamar de las autoridades la conclusión de los trabajos de saneamiento de la Cañada de Bonavides, la cual provoca enfermedades a los moradores de los barrios 27 de Febrero, Agua Dulce, Domingo Savio, los Guandules, la Ciénaga, Guachupita.
El viacrucis se inició a las 6:00 de la mañana y fue encabezado por el sacerdote jesuita, Javier Vidal y otros religiosos de las parroquias Domingo Savio, San Martín de Porres y la capilla Nuestra Señora del Carmen, así como el Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, el Comité para la Defensa de los Derechos Barriales.
El recorrido concluyó una hora más tarde en la Cañada de Bonavides con una concentración donde decenas de feligreses y moradores de los barrios marginados de la capital, exigieron del gobierno un mayor compromiso con los sectores pobres, carente de todo tipo de servicios.
Venimos realizando un largo y doloroso viacrucis de sufrimientos, enfermedades y muertes, como a Jesús el hijo de Dios, con una condena injusta del poder político y económico de hoy, expresaron las organizaciones populares, religiosas y sociales.
Las organizaciones expresaron que los moradores de esta Zona Norte han sido condenados injustamente a vivir cercados por la Cañada de Bonavides, cercados de contaminación e insalubridad, producida por los desechos al aire libre procedentes de múltiples sectores que bajan hacia los barrios; basura putrefacta y aguas estancadas que atrae mosquitos, ratones, moscas, cucarachas generando múltiples microbios, bacterias.
Expresaron que esta contaminación provoca la muerte por leptopirosis, filariasis, enfermedades infectocontagiosas, parasitismo, gastroenteritis; diarreas, vómitos, paludismo o la malaria y el dengue.
A este víacrucis de enfermedades y muertes de los moradores de la Zona Norte, se le agrega, el alto costo de la canasta familiar, trayendo consigo el hambre, generadora de tuberculosis que crece como hierba mala en nuestros barrios y produce otras muertes. Ante esta situación exclamamos como María la Madre de Jesús ¡hay dolor semejante a mi dolor!, afirmaron las la entidades sociales, religiosas/as y populares del Distrito Nacional.
El viacrucis fue escenario además para reclamar del Estado que sus instituciones funcionen, ya que desde 1996 después que iniciaron los trabajos de la Cañada de Bonavides, estos se paralizaron en el 2000 y aún no han vuelto a reiniciarse.