El universo del mundo cultural, literario, se inclina reverente
“Únicamente la gente buena sabe tener amigos”. (Voltaire)
La Patria está de luto. El corazón se cubre de negros crespones. El universo del mundo cultural, literario, se inclina reverente y rinde tributo póstumo al polifacético, reconocido y laureado escritor Marcio Veloz Maggiolo, escritor, ensayista, cuentista, poeta, arqueólogo, historiador, Laudatio Académico de ACRD, embajador de la República, amaba intensamente la música, el arte, la Patria, la naturaleza en toda plenitud y particularmente la familia, su entrañable compañera y esposa Norma, sus hijos, sus amigos sin imponerle condición y sus libros.
Lector infatigable, se extasiaba en su enorme biblioteca que solo él sabia desempolvarla, lo que nunca hizo temeroso de que se fuera escapar un página, una palabra, un documento por vetusto que fuera como la cama ancha de Don Fernado no cabían más, no sabiendo que hacer con ella llegado el final que no vislumbraba.
Solía llamarlo y visitarlo de vez en cuando y de cuando en vez para rememorar recuerdos inolvidables que crecieron con los años, gracias a su portentosa memoria pasando balance a la historia reciente, y la vivida en nuestros queridos barrios, Villa Francisca y San Carlos.
Ese ser extraordinario, sencillo, franco, honesto, de noble corazón y viva inteligencia, que no ambicionaba otra riquezas, que no fuera vivir en libertad y en paz espiritual con su conciencia, honrando nuestra vieja amistad con cada publicación de sus libros acompañado de una fina dedicatoria y su firma desde El Buen Ladrón, 1975, La Biografía difusa de Sombra Castañeda, 1981, “Para Luis Scheker, como muestra de tantos años de afán”. Y así dos de sus tres últimos: De rumbo en rumbo, colección de artículos en Diario Libre: “Para Luis y Raulina con cariño de hermano” y Palimpsesto, novela que me obligó ir varias veces al diccionario: “Para mi hermano Luis Scheker Ortiz, con cariño y admiración”, en ocasión de entregarle la 9na.
Edición de la Revista Ciencias Sociales de la ACRD a él dedicada “eminente historiador, arqueólogo, antropólogo…,uno de los escritores más prominentes galardonado en todos los géneros literarios”.
El pasado mes fui a visitarle. Puse en sus manos mi poemario “Servilletas de Otoño”. Marcio, sorprendido, me prometió leerlo, no me sabía poeta y me dedicó, como tal, su rico poemario.
Fue la última visita, la última dedicatoria. Ninguno de los dos lo imaginaba. Mantuve contacto con la familia al saber su internamiento, acompañándolo a su sepelio.
Heredada de esa rancia amistad fue la entrega de la edición especial del libro de lujo “Marcio Veloz Maggiolo, El Poeta, El Narrador, El Ensayista”, con la que me honrara el culto intelectual y dilecto amigo José Rafael Lantigua, entonces secretario de Estado de Cultura quien además de seleccionar la exquisita antología de la obra narrativa ensayística de Veloz Maggiolo, incluye cuatro magníficos ensayos de su autoría: “El Acordeón de Honorio: las muertes de un merenguero”. “Los ángeles de hueso” y la memoria alucinada”. Para leer “Uña y Carne” y “Los cuentos y casicuentos” de Veloz Maggiolo.
Como bien dice Alejandro Arvelo en su presentación: “No es preciso esperar que nuestros grandes vivos sean nuestros grandes muertos para honrarle y reconocerle”.
¡Marcio vivirá para siempre!