Marcio Veloz Maggiolo, poeta

Marcio Veloz Maggiolo, poeta

Marcio Veloz Maggiolo es el primer intelectual y escritor dominicano que nos condujo con duende y generosidad hacia la compleja intensidad de la dominicanidad.

Dos semanas antes de su partida pude hablar con su hija Nathalie para informarle que en la carrera cinematográfica de Toulouse Francia , una estudiante quería presentar un proyecto de guión sobre la novela “Uña y carne”.

Establecimos el puente y el contacto, orgullosa de las buenas atenciones de su hija y entusiasmada en retomar con este maestro de la palabra la conección intelectual y verbal que establecimos con él desde mis primeros años en el país.

El destino decidió otro camino y desde su partida, siento la ausencia de un sabio Mayor, un pensador que nutrió sus ideas de conciencia y espiritualidad con un alcance multi facético hacia lo humano en toda su dimensión cósmica y terrenal.

Su imaginación no tenía límites porque en él vibraba la grandeza del universo. Con su partida siento el mismo duelo profundo que sentí al despedirme de Cortázar, un duelo que huele a melancolía, a orfandad, porque pertenecen a esa casta de seres excepcionales de universos únicos que nadie ni nada puede reemplazar.

En estos días se ha escrito mucho sobre su obra, firmas respetadas y respetables, especialistas y conocedores de toda su narrativa.. Por mi lado me puse a meditar, pensar, recordar y sopesar mi entrega.

Hoy quiero evocar la fuerza existencial de un espíritu erudito, exigente, empoderado de una poética verbal que supo servir en sunarrativa, siempre.

Esa mística existencial le apoderó de una fuerza de la imagen y del concepto metafórico única y exclusiva en su escritura.

Estableciendo el inventario de todos los géneros que aplicó a su creación literaria , es indiscutible que toda su intensidad viene de esa energía, de ver, de sentir, de captar, de observar y meditar que cruza toda su obra.

De repente, en la espera meditativa de rendirle homenaje nos llegó la conciencia que toda su obra es la de un poeta, porque siente el ser, la naturaleza, con un lirismo elevado, en un mundo siempre poblado de emociones, con una imaginación sin límites, con una solemnidad única en la palabra.

Aquí queremos referirnos a una joya editorial de 1986, publicada por la colección Orfeo, fruto de la política editorial de entonces conducida por Cándido Gerón, director de la Biblioteca Nacional.

El poemario “Apearse de la máscara” nos permite llegar a un lenguaje íntimo donde se destacan poemas cortos que Veloz Maggiolo escribió, inspirado por el género Koan japonés, composiciones poéticas dotadas de un gran sentido de sugerencia que puede rayar en un efecto de lo absurdo.

“Me dirías cuántas campanadas componen una sonrisa y cuántas sonrisas componen una carcajada, Todo es sonido”.

Aquí tenemos un efecto evocativo que nos evidencia la metáfora de la palabra en la musicalidad del fonema.

Pero, también con esos poemas cortos inspirados de los koan, el poeta se convierte en sabio metafísico sobre el tiempo, la eternidad y la inmensidad . “La nieve duerme su blanca esperanza en la cima sin comprender que tiene dentro no solo el invierno sino viejos veranos”.

“El águila medita y propicia una huella helada, si volara en este momento derretiría con sus alas los pensamientos que llegan a la cumbre”.

Los efectos en muchos poemas están al límite del surrealismo, y nos han evocado en ciertos aspectos a Apollinaire.

“Un hombre podría ser una palabra, muchos hombres podrían ser un idioma, muchos idiomas podrían ser un rumor”.

En algunos casos, como los surrealistas vierten en un divertimento verbal, y esto también Marcio Veloz Maggiolo lo construye con fina destreza “me dirás si esa huella que no ves pertenece a algún pie que no ha pisado”.

Marcio Veloz Maggiolo construye su poesía con la sabiduría del alquimista, abierto y receptor de todas las evocaciones de las captaciones oníricas de la naturaleza y de los elementos. “Te llamarás galerna, sirocco, y te daré la mano provista de agujeros y palomas de agosto, miraré tu equilibrio moviéndose en banderas y en toda luz tendrás un espacio visible, una magistratura de tormenta y truenos, o bien, una insondable formulación de espacios”.

El conjunto de este poemario corto dividido en tres partes, representa un foco intimista y excepcional de un escritor con una amplia arquitectura en la construcción de la idea y del concepto.

Marcio se exigía una permanente investigación, experimentaciones y reflexiones para lograr ese inmenso abanico expresivo, simbólico y onírico que encontramos en el conjunto de su obra tanto en la narrativa como en el cuento y la poesía, era un alquimista de la palabra , un explorador del símbolo y de la imagen.

Toda su poesía es su propio ser, su identidad propia, su excepcional duende y gracia de conducir la dominicanidad con garbo, un misterio ,y una profundidad que lo convierten en un autor de dimensión universal con una poesía secreta que es más que un género literario, es su alma. Nos quedamos con ella para siempre, maestro.

Su imaginación no tenía límites porque en él vibraba la grandeza del universo. Con su partida siento el mismo duelo profundo que sentí al despedirme de Cortázar, un duelo que huele a melancolía.

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