Marcos Lora Read

Marcos Lora Read

Marcos Lora Read es el más nómada -ligero y fraternal- de los artistas dominicanos contemporáneos, conformando, junto a Iván Tovar, Vicente Pimentel, José Rincón Mora y José García-Cordero,  el quinteto de artistas nacionales de mayor proyección en los circuitos artísticos europeos. Recientemente, Lora Read ha estado en Santo Domingo preparando una serie de trabajos como ejercicios preparatorios para su participación en un nuevo programa de residencia artística al que ha sido invitado nuevamente por una importante institución cultural de la capital francesa.

En los dinámicos y transparentes espacios del Centro Cultural Mirador (Ave. José Contreras #207), a cuya próxima apertura ya casi está convocando la reconocida galerista y empresaria Purísima de León, ha desplegado Marcos Lora Read una serie de trabajos que ya en la misma selección de los materiales, los soportes, las técnicas, los medios y  procedimientos de representación, expresan una intención semántica o discursiva que nos remite hacia un vital compromiso con la reflexión y hacia una elaboración cristalina   de nuestra consciencia identitaria a través de la imagen.

Esta poderosa intención discursiva y recursiva se aprecia tanto en el manejo de técnicas y materiales tradicionales como en los procedimientos y soportes de mayor nivel de ruptura estético-ideológica y renovación tecnológica. Madera, papel, resinas, asfalto, acrílica, tela, aluminio, video, sonido, son algunos de los materiales con que Lora Read factura unos objetos y unas imágenes donde terminan radicalmente desbordadas y subvertidas las categorías  estéticas tradicionales como la pintura, la escultura, el dibujo, el collage.

En estos trabajos, reunidos bajo el título “Serie de las Cápsulas”, Marcos Lora Read despliega una fascinante estrategia de refuncionalización de los procedimientos vanguardistas de posguerra para materializar sus propuestas como especie de  reacciones simbólicas  sumamente efectivas que traslucen su énfasis en  la importancia  de la estética en la vida, aunque no tanto a la hora de definir el “Arte” ni mucho menos las prácticas artísticas de la posmodernidad. En su caso, estamos ante una práctica artística ética y lúdica que se torna en manifestación esplendorosa de la voluntad contemporánea de confraternidad y expansión espiritual.

Y es que, en este contexto humano desgarrado del espacio-mundo en que vivimos, impactado por las migraciones, las mutaciones sociales, la violencia, las “guerras preventivas”, los cataclismos naturales y financieros, el ecocidio, el narcotráfico, la corrupción política, el crimen y el terror globalizados, una parte considerable de la obra de Marcos Lora Read resiste en base a los resortes  más vitales de la obra de arte contemporánea: obra que, desde su propio potencial semántico y extraordinaria capacidad autosignificativa, proclama la “velocidad liberadora” de la imaginación a la hora del reencuentro  y la fraternidad entre los pueblos, culturas, naciones e individualidades.

Ante la recursividad simbólica de Lora Read sería más pertinente hablar de obras multimedia y auténticos “hipertextos”, que mediante su “lectura” despejada -en su contexto sociocultural y temporal- ponen en evidencia su capacidad para abrir lenguajes, medios y múltiples vías de representación que han llegado a ser valorados por la crítica internacional como elementos referenciales o parte esencial de los rasgos identitarios del arte contemporáneo caribeño y latinoamericano, tanto por el desarrollo en su propia obra como en la de otros destacados artistas latinoamericanos de la actualidad. Múltiples vías de reflexión y distintas formas de representación que refuerzan constantemente la complejidad y coherencia del conjunto de su multifásica y polivalente producción, lo que también la distingue especialmente.

Ahora bien, para advertir la multiplicidad de signos y significados de la obra de Marcos Lora Read es necesario tener en cuenta su propósito visceral de enfrentarnos a los abismos de la contemplación: ante el más acá, el más allá y el después de toda aproximación perceptiva ante la obra de arte contemporánea. Al igual que Marcel Duchamp, Lora Read asume la creación como ejercicio lúdico-reflexivo y establece de manera cristalina que el verdadero enemigo del arte es el “buen gusto”, su exclusiva y gratuita valoración fruitiva.

En varias ocasiones he planteado la cuestión: ¿Acaso contienen las obras de Marcos Lora Read los signos inquietantes y proféticos del futuro? Y mi respuesta tiene que ser afirmativa ya que, durante más de dos décadas, he tenido la dicha de seguir de cerca su caso; su proceso creativo e impresionante trayectoria profesional, colmada de obsesiones, desafíos, logros, reconocimientos, compromisos, discordias silenciosas, fugas, autoexilios y constantes retornos hacia los oasis espirituales del Caribe. En ese sentido, su poética especular nos posiciona ante  el  contexto histórico como proceso constante de “fuga y aglutinación”; “persistencia de la memoria”;  entrecruces, travesías y rupturas existenciales que determinan la trascendencia de su energética y brillante ofrenda creativa.

MARCOS LORA READ

Marcos Lora Read  nace en Santo Domingo (1965). Realiza estudios de Bellas Artes e Ilustración de la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, La Romana (1989). En 1990 recibe la Beca Rubi para estudios avanzados en fundición de bronce en el Sculpture Center, Nueva York, y expone en Bárbara Fendrick Gallery junto a artistas como Jasper Jones y Robert Rauschenberg. Realiza un posgrado en la Escuela Superior de Arte de Arnhem, Holanda (1993). Invitado a la V Bienal de La Habana y a la XXII Bienal Internacional de Sao Paulo, Brasil (1994). Participa en la I Bienal de Johannesburgo, Sudáfrica (1995). Registra cinco muestras individuales en la Galería Metis, Ámsterdam, Holanda (1993-2002).  En el 2003 participa en la 50 Bienal Internacional de Venecia, Italia.

Entre sus individuales destacan:  “Visión para un Pueblo, Museo de Arte Moderno, Santo Domingo (1990); “Mi Casa es tu Casa Amigo”, Van Reekum Museum, Apeldoorn, Holanda (1997); “La Casa del Nómada”, Miami Art Museum, Miami, FL; “Limit Conection”, IFA Gallerie, Bonn, Alemania; “Renuncio” Galería Berini, Barcelona, España (1995); “Medio Camino”, Embajada de Francia, Santo Domingo (2009), y “Territorios”, Galería Saro León, Las Palmas de Gran Canaria. Entre sus colectivas recientes: “KREYOL FACTORY” Parc de La Villette, París; “Latitudes”, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana, Cuba/Museo de Arte Contemporáneo, Panamá. Sus obras forman parte de las colecciones del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica; Ludwig Forum, Aachen, Alemania; Centro Atlántico de Arte Moderno, Las Palmas de Gran Canaria; Van Reekum Museum, Apeldoorn, Holanda; Colección Cisneros, Nueva York.

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