Marcos Ruiz dejó una numerosa descendencia en San Carlos: casi 20 biznietos que profesan visible admiración por su glorioso ancestro, conservan testimonios de sus hazañas y gran patriotismo y un imponente dibujo de su perfil que llevó a la casa, un día, el tío Manuel, nieto del aguerrido soldado que demostró determinación y arrojo el 27 de febrero de 1844 en la Puerta del Conde.
Estos son 17 hermanos de padre y madre de los cuales viven 10, hijos de Marcos Ruiz Navarro y Ángela Constanza Guigni. Su padre, el único en la familia que llevaba el nombre del prócer, era su nieto.
Algunos abandonaron el sector de su antepasado, pero otros se han mantenido fieles a sus orígenes. Socorro y Rosa María viven en una histórica y tradicional casa sancarleña que en otros tiempos fue la caballeriza de los ricos predios de Marcos Ruiz, que comenzaban en la 30 de Marzo, próximo al parque Independencia, y terminaban en lo que es hoy la calle Gaspar Hernández.
Los demás hermanos presentes en el encuentro fueron Iván, periodista, y Víctor Ruiz Guigni, afanoso fotógrafo que realizó infructuosos esfuerzos por localizar la tumba de su bisabuelo en el cementerio de la avenida Independencia, según le comunicó el historiador y antropólogo Abelardo Jiménez Lambertus, quien la ubicó hace unos años.
Marcos Ruiz mantuvo relaciones políticas y amistosas con Duarte y los trinitarios, según la familia, y se convirtió en un decidido líder de los sancarleños en las luchas por la independencia nacional. El patricio sabía que podía contar con su decidido concurso.
Inclusive, los biznietos aseguran que todos los Ruiz citados por José Gabriel García y Alcides García Lluberes, incluido Félix María Ruiz, estaban emparentados con Marcos.
“Papá nos contaba que era un voluntario cuando dieron el trabucazo y que fue con sus amigos y vecinos al Altar de la Patria, mientras otros huían”, refieren los Ruiz Guigni.
Ruiz Navarro, el más pequeño de los hijos de José Dolores Ruiz y Mercedes Navarro, les contaba con ostensible orgullo que Marcos Ruiz “era guapo, bien parecido y no tenía miedo”, que en la entonces llamada “Villa Blanca” era reconocido por la dirigencia política de la época debido a su valor. Marcos Ruiz, el nieto, “tampoco tenía miedo”.
Afirman que el héroe “debió haber nacido en Tenerife, Islas Canarias. A nosotros nos criaron transmitiéndonos ese dato y lo creemos porque somos de San Carlos, vivimos ahí donde la mayoría desciende de isleños”, aseveran comparando similitudes y costumbres de moradores del área, sus negocios y arquitectura, con los de los españoles.
Agregan que el padre hablaba constantemente del temple de su abuelo y se lamentaba “de lo poco que lo disfrutó. Decía que los Ruiz tenían sangre de guerreros”.
Comentaba que era bien parecido. “El dibujo de Marcos Ruiz lo trajo a esta casa un hermano de papá, Manuel, que era el hermano mayor. Desconocemos el autor y la procedencia”.
“Es una pena que aquí existan pocos y pobres archivos, muchos héroes y próceres de la Independencia y la Restauración están en el olvido, no se conocen, no les han rendido ningún homenaje. Nuestro bisabuelo formó un grupo y se puso a las órdenes de los jefes del movimiento la noche del 27 de febrero”, significa Iván Ruiz.
De los compañeros de Marcos Ruiz, alrededor de 20, solo él y su comandante, Eduardo Abreu, han recibido el tributo de una vía con sus nombres.
Aseguran los hermanos que Ruiz tenía “buena posición social y económica, era una persona de influencia de esta zona. La mamá de papá rentaba coches, esta casa se comunicaba con la 30 de Marzo y llegaba hasta la “Padre “García”.
Socorro Ruiz Guigni rememora que “entonces todo esto se caminaba a caballo. Aquí nacimos todos nosotros, pero esto era como el final de todas sus posesiones. Estaba más cerca del parque, por donde bajaron todos para apoyar a los que ya estaban en el parque Independencia”, narran.
Como los más preclaros cronistas nacionales, los Ruiz no poseen mayores informaciones de su insigne pariente. Es una suerte, expresan, contar con esa foto, saber dónde fue sepultado y que se le haya tomado en cuenta para esa calle tan transitada como es la antigua “20” de Villa Juana, a la que muchos capitaleños siguen identificando y llamando por esa vieja denominación.
La calle. Los hermanos Ruiz están satisfechos con el homenaje rendido a Marcos Ruiz designando una calle con su nombre, que es prácticamente lo único que lo ha dado a conocer.
Pero hubiesen estado más agradecidos, manifiestan, si la vía escogida estuviera en San Carlos.
“Está muy bien que se le haya asignado una calle, pero lo más justo es que sea una de San Carlos. Aunque aquella es muy popular, no es el lugar apropiado, en este barrio están sus orígenes, aquí organizó el movimiento independentista, de aquí salió para el Altar de la Patria, actuó siempre en San Carlos. Este sector es el suyo y de su descendencia”, enfatizaron.