De qué sabor prefiere su “Margarita”, de limón, chinola, coco o tamarindo? No importa por cual se decida, siempre será deliciosa una “Margarita”.
El escritor mexicano Humberto Robles, nos da la oportunidad de saborear otra margarita verdaderamente aromática, en el estreno mundial de su obra “Margaritas con Sabor a Pólvora” que viene presentándose en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, y en la que participan las actrices, Patricia Muñoz, Evelyna Rodríguez, Giamilka Román y Carolina Rivas, dirigidas por la experimentada Niurka Mota.
El teatro de Humberto Robles, el que conocimos en el año 2010, cuando fue presentada en esta misma Sala, por el siempre recordado Ángel Haché, su obra “Khalo, viva la vida”, es teatro comprometido, se trata de una voz de su tiempo que clama contra el abuso y la violación a la mujer, y a la impunidad de este delito, que abarca también lo político. Robles es un verdadero defensor de esa mujer maltratada de hoy, y consecuentemente éstas son protagonistas de muchas de sus obras como: “Mujeres de Arena”, “Ni Princesas ni esclavas” o “Siete mujeres”.
“Margaritas con Sabor a Pólvora” es una obra bien escrita, cuyo argumento elaborado en clave de comedia dramática, está cargado de un humor negro sustentado en el sarcasmo y la ironía, y en el que como en una espiral, se suceden momentos de comicidad y drama creando expectativa y suspense.
La obra inicia con una escena futurista, donde las actrices aparecen declarando sobre una muerte acaecida. La trama transcurre entre “margaritas y margaritas”, apuradas por cuatro mujeres “amigas”, que se han reunido en la casa de una de ellas, para hablar y cuestionarse unas a otras, pero al calor de sus confidencias, van mostrando sus personalidades disímiles, mientras asoman sus delirios y sombras; todo gira alrededor de un personaje ausente, pero omnipresente, que les ha tocado de alguna manera; es el marido de la anfitriona, al que vamos descubriendo; es el típico machista, abusador y embaucador, engalanado con una prenda más, aunque común, es un político corrupto.
Cuatro actrices dan vida a estas mujeres. Patricia Muñoz, es Adela, la esposa y anfitriona, es el ama de casa tradicional y conservadora, vive en un eterno “laissez faire, laissez passer”, hasta que asume su traumática realidad. La actuación de esta actriz es verdaderamente sustancial, proyecta este personaje dubitativo a cabalidad en su justa dimensión semántica. Carolina Rivas –Brígida– exquisitamente desenvuelta, encarna una “actriz” de marcado narcisismo. Evelyna Rodríguez, trasciende, es “Yayi”, una comunicadora liberal, feminista, con sus preferencias sexuales y adictivas, y Giamilka Román, es “Refugio” hermana de la anfitriona, otra víctima, refugio virtual que evita una violación más; su actuación orgánica se decanta en el gesto y el accionar constante de su abanico, más para calmar su angustia, que el calor de su climaterio. Cada actriz como las “margaritas” consumidas tiene su propio sabor, y cada espectador tendrá la oportunidad de catar e inclinarse por su preferida.
La puesta en escena de la directora Niurka Mota apuesta al naturalismo, teatro basado principalmente en la palabra y el texto, y al efecto de realidad, logrando la identificación inmediata del público con la trama. La movilidad escénica dosificada y la interacción entre los personajes a un ritmo creciente, propicia el suspense. La directora acierta además en la escogencia de las actrices, para encarnar cada una su rol.
En la obra, por un instante la escena se queda vacía, escuchamos entonces el ruido ensordecedor de un disparo, la escena se nubla, el olor a pólvora imaginariamente lo inunda todo, las luces enfatizan el momento, -buen trabajo de Bienvenido Miranda-. Las “amigas” descubren el cadáver, es el marido, el señor, que ha muerto, ¿Asesinato o suicidio? Se repite la escena inicial, todas declaran, todas se limpian de culpas.
El final es conmovedor, la solidaridad une a las “amigas”, “Todas a una”. ¿Quieren saber quién mató al señor? Descúbralo asistiendo a la Sala Ravelo, y deguste de unas “Margaritas con sabor a pólvora”, y pase en momento entretenido.