POR MARÍA MERCEDES
María Jesús Figa López–Palop llegó en el 2002 a República Dominicana para cumplir con su misión de embajadora de España. El 4 de este mes, el Real Decreto 239/2005, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación dispuso el cese de sus funciones, por lo que próximamente regresará a España, y en su lugar estará María de la Almudena Mazarrasa Alvear.

Conocida la noticia, la directiva de Casa de España, presidida por Manuel Gómez le ofreció una recepción de despedida en el hermoso salón Américo Lugo, inaugurado en enero de este año.

Ante la presencia de los integrantes de la directiva de la entidad, así como de amigos y amigas de la homenajeada, Manuel Gómez, al pronunciar el discurso de rigor destacó que «es un inmenso placer recibirlos y ser anfitriones esta noche en nuestra Casa de España, ocasión en que despedimos a este gran ser humano, que por su carisma, trato y trayectoria ha calado y ocupa una posición privilegiada en nuestros corazones».

Dijo que la Embajadora ha brindado un trato extraordinario a todos los residentes que conforman la colonia española, desempeñando una excelente labor en pos del fortalecimiento de las relaciones entre España y República Dominicana, y apoyando de una manera decidida el proceso democrático dominicano.

«La persona que hoy nos toca homenajear y despedir es María Jesús Figa López–Palop, quien por tres años ha desempeñado el papel de embajadora extraordinaria y plenipontenciaria honrando con su representación a la misión diplomática española, distinguiéndose por su ardua labor y por sus acertados logros».

«Ella es dueña y señora de una personalidad que se caracteriza por su actitud de moderadora y asociadora, cualidades que la hacen ser una gran mujer», significó.

De igual manera, mencionó la gran colaboración que demostró hacia Casa de España, estando siempre presente en cada uno de sus actos oficiales y en las actividades sociales que celebran con regularidad, «las que fomentan y perseveran nuestras tradiciones y cultura en estas tierras».

«Para no pecar de susceptibles y para no interpretar su partida como un evento triste, sonreiremos, y valoraremos esta despida como una fiesta de alegría por haberla conocido», expresó.

Manuel Gómez pidió a Dios que la bendiga y la acompañe a su nuevo destino. También le hizo una formal invitación a volver cuando le sea posible, reiterando «que las puertas y los corazones de esta entidad y de seguro de esta nación quedarán siempre abiertos para usted».

En su intervención, María Jesús Figa López–Palop afirmó que estos fueron tres años felices de su vida, los que espera haber contribuido con profundizar las relaciones entre ambas naciones.

Un fuerte aplauso reinó al finalizar sus palabras. De inmediato los mozos brindaban copas de campaña a los presentes, mientras el Cuarteto Mozart tocaba hermosas melodías instrumentales.