María Teresa de Sánchez – Entre veras y bromas

María Teresa de Sánchez – Entre veras y bromas

Recientemente me enteré del fallecimiento de Luis Felipe Angell de Lama, más conocido con el seudónimo de Sofocleto; un sobresaliente humorista peruano. Era poeta y escritor además.

Después de la natural consternación que me produjo la noticia (pues además de admirarle, le apreciaba); luego de una oración entregando a Dios el cuidado amoroso de su alma, pasé a reflexionar en asuntos que hasta la partida del gran humorista no habían pasado por mi mente: Me pregunté si acaso las almas, las destinadas a un lugar común allá en lo Ignoto, conservarían algunas de las características que poseían en vida… Por ejemplo, la llegada de Sofocleto al Infinito, ¿produciría regocijo en las que le recibieron? ¿Habría en el Cielo un gran alborozo?

Sabemos que cada ser humano, tanto en el cuerpo como en su ánima, es irrepetible, distinto a todos los demás. Sería interesante conocer si las almas de las personas que tuvieron propensión a la depresión, seguirán siendo tristes; si las que fueron coléricas tendrán «allá celestiales accesos de ira; o si aquellos seres terrenales imperturbables continuarán exhibiendo su impasibilidad, aunque estallara algún cuerpo celeste en su cercanía. Y las de los que fueron personas amables, generosas, ¿seguirán sintiendo afanes de bondad?… Sigo cavilando: l,as almas que disfrutaban tanto (junto a sus cuerpos) de los comentarios acerca de la vida y milagros de alguna víctima propiciatoria, ¿se buscarán y unirán en el saboreo de una «comidilla» de algún prójimo celeste?

Ante la imposibilidad de desentrañar estos interrogantes, me rindo y dejo la inquietud al que haya tenido la curiosidad de leer estas líneas, a falta de otra cosa más importante que hacer.

Seguramente mi «inquietud metafísica» le hizo olvidar a ese lector -por unos instantes siquiera!- el desesperante clima político en el cual (quieras que no) estamos inmersos. No hay de qué.

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