Mariana Mata Pérez
Lo ha dado todo  por la educación

Mariana Mata Pérez <BR><STRONG>Lo ha dado todo  por la educación</STRONG>

POR MARGARITA QUIROZ
Hace 27 días, 137 estudiantes de la Escuela La Ratonera, ubicada en uno de los callejones del populoso sector capitalino de Villa Consuelo, fueron testigos de “un milagro”. Su vida estudiantil transcurría dentro de lo que para ellos era lo normal: asistir de lunes a viernes al callejón de la calle Oviedo número 171 cargando los útiles escolares, las sillas donde sentarse y, ante todo, la firme esperanza de aprender a leer y escribir.

Siempre dispuesta les esperaba Mariana Mata Pérez, una de los pocos héroes anónimos que aún quedan en el país, y que impulsada por  su vocación de servicio ha alfabetizado, en 35 años, a unos 3.500 alumnos.

El escenario, ante la vista de cualquier mortal, era deprimente, y por ello, el horroroso calificativo que daba nombre al espacio educativo.

El angosto callejón y patio trasero de su casa materna fue, durante más de tres décadas, la escuela que algunos llamaban despectivamente La Ratonera.

Allí, competían por un espacio 65 estudiantes de la mañana  y 72 de la tarde, en medio de un sanitario, una mesa con trastos de cocina, varios cordeles de ropa y un pedazo de una vieja pizarra que aún pende de una de las paredes de la humilde y estrecha vivienda donde Mariana ha vivido toda su vida y se guarecía parte del estudiantado en momentos de lluvia o intenso sol.

Pese a las grandes precariedades, en esta escuela estudiaron varias generaciones, hoy día médicos, abogados, profesores, contadores… Todo gracias a Mariana, una guerrera de la cotidianidad, que sin ser profesora graduada, ha enseñado a muchos no sólo a leer y escribir sino que, con dedicación y empeño todo lo que podía lograr.

De La Ratonera, hoy día, sólo quedan anécdotas, vivencias, experiencias, un montón de sillitas plásticas anunciando “el antes”, y la vieja pizarra, testigo desde 1971, de aciertos y desaciertos de cientos de estudiantes y, actual crítica de un sistema educativo con carencias de voluntades y decisiones.

Se puede decir que esta antigua escuela sufrió una metamorfosis digna de imitar. Gente solidaria hizo lo que para los residentes de Villa Consuelo es un milagro. En apenas cinco meses, Víctor Martínez, un dominicano radicado en Estados Unidos, reunió entre sus amigos RD$400.000 y compró un terreno en la calle Francisco Núñez Fabián número 38, donde de inmediato fue levantada la escuela que hoy lleva por nombre La Milagrosa.   

La Fundación Brugal Cree en su Gente, quien reconoció el año pasado a Mariana en el renglón Héroes Anónimos, donó las butacas, abanicos y pizarras, y organizó la inauguración del centro, el pasado 15 de marzo.

Se trata de una modesta edificación de una sola aula, dos baños y un área de juego, pero lo más importante es que tiene techo y paredes, donde se puede recibir dignamente el pan de la enseñanza.

Todo surgió…

La idea de crear una escuela surgió cuando Mariana, aún una adolescente, buscaba fórmulas para adquirir diariamente con qué comer, debido a las carencias económicas por la que atravesaba su familia a raíz de la muerte de su padre.

Entusiasmada por sus parientes, inició con 20 estudiantes, a los que instruyó empleando como método de enseñanza el clásico libro Nacho. Con el paso del tiempo, la población estudiantil creció, por lo que actualmente Mariana imparte clases a más de cien estudiantes por año.

Aunque esta educadora por vocación tiene más de 30 años de servicio, la escuela que dirige no está reconocida ante la Secretaría de Educación como un centro público o privado, por lo que se ve en la obligación de comprar su propio sello y las notas escolares.

Esto, según explica, no ha sido obstáculo para seguir adelante y menos para que el estudiante que egresa pueda ingresar a otro centro estudiantil. No obstante, dice “necesitar un apoyo oficial ”.

A juicio de la profesora, en la escuela sólo faltaría una profesora que le ayude, una neverita donde los alumnos tengan agua fresca, un tanque para almacenar agua para que los niños tengan donde lavarse las manos y para poder limpiar el centro, una persona para la limpieza.

Cómo funciona

•La escuela atiende de 8:00 a 11:00 de la mañana y de 2:00 a 4:00 de la tarde.

•Imparte docencia a cuatro grados (de primero a cuarto)

•El costo semanal es de RD$30, es decir, RD$120 mensual.

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