MARIANO RIVERA UNA LEYENDA PANAMEÑA INMORTAL

MARIANO RIVERA UNA LEYENDA PANAMEÑA INMORTAL

New York Yankees relief pitcher Mariano Rivera throws during the ninth inning of a baseball game against the Detroit Tigers in Detroit, Sunday, April 7, 2013. (AP Photo/Carlos Osorio)

Cuando este fin de semana el Salón de la Fama de Cooperstown abra sus puertas para recibir a Mariano Rivera como el segundo panameño que se convierte en inmortal se cerrará un ciclo.
Se cerrará un ciclo de grandeza para un hombre que de principio a fin demostró lo que era en el montículo: una leyenda.
El panameño de 49 años de edad deleitó 19 años a la fanaticada de los Yanquis de Nueva York, el único equipo para el que militó, y terminó con 652 salvamentos, el récord vigente de las Grandes Ligas.
Mariano fue grande en muchos sentidos.
Nueve veces salvó más de 40 partidos.
Tres veces fue líder de salvamentos de la Liga Americana.
Tuvo una efectividad de por vida de 2.21 y marca de 82-60, mientras ponchó 8.2 rivales por cada nueve entradas lanzadas en sus 19 campañas en las Grandes Ligas.
En trece ocasiones fue invitado al Juego de Estrellas y fue campeón con los Yanquis cinco veces, ganando incluso el premio al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1999 contra los Bravos de Atlanta, cuando salvó dos juegos, ganó uno y no permitió carreras en cuatro entradas y dos tercios que lanzó.
Mariano era impecable, en todo el sentido de la palabra.
Como pelotero, y como ser humano.
Por eso, cuando la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos vio su nombre en la boleta por primera vez lo convirtió en el primer jugador que es electo para entrar a Cooperstown con una votación perfecta.
Votación perfecta de la misma manera que la mayoría de los seres vivos que lo veían lanzar sentían que sería su trabajo en el montículo.
El hombre del cutter (lanzamiento con rotación cortante) y quien fue el último ser vivo en usar el número 42 luego del retiro del mismo en honor a Jackie Robinson en 1997, se unirá a otras leyendas de mucha, pero mucha relevancia en el salón de la inmortalidad.
Muchos estrategas modernos entienden que el puesto de cerrador lo pueden “fabricar” con un lanzador que tire rápido y que mueva bien su recta desde el montículo.
Algunos entienden que es una posición sobrevalorada.
Pero Mariano Rivera definió el rol con la misma perfección que su votación de ingreso a Cooperstown.
Este domingo se celebra la carrera del panameño Mariano Rivera, un grande entre grandes.

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