La señora María Florentino de León lleva consigo una criatura en el vientre que tiene siete meses de gestación, pero no supera un peso de dos libras, debido a los embates de la desnutrición y la falta de medicamentos propios de su estado.
Las características físicas de Florencia y las condiciones medioambientales y hogareñas en la que vive, no dejan espacio a la duda de la expresión más viva de la exclusión social y la marginalidad, aún estando rodeada de ostentosas casas.
La dama, que apenas inicia sus 25 años de edad, vive con su esposo Miguel de León y sus tres hijos, en una vivienda de madera y zinc en condiciones infrahumanas, en el kilómetro 7 1/2 de la carretera Sánchez. Su casa y la de otros vecinos están arropadas por lujosas viviendas.
De León dice que hace todo lo posible para sacar a su familia hacia delante, sin embargo, el poco dinero que gana no le es suficiente para subsistir y darle lo necesario a su familia.
Los tres niños de 2, 3 y 6 años muestran una inteligencia y dinamismo sorprendente, sin embargo, su físico y rostro reflejan la falta de alimentación, ropa y medicamentos.
A esto se le añade el pan de la enseñanza, debido a que ninguno de los pequeños pueden asistir a la escuela, ya que sus padres no tienen recursos para pagar pasaje ni comprar uniformes, según ellos mismos expresaron.
El recorrido hacia la casa de los esposos Florentino- De León, no está no está lleno de piedras, muros, ni escombros, sino de lujosas mansiones donde también viven seres humanos.
Esta joven madre pide un impulso para poder salir hacia delante, a través de una oportunidad laboral para ella y su esposo, al menos, «hasta que pueda salir de este embarazo».
La joven madre facilitó los números 829-796-2665/809-729-8793, para que cualquier autoridad o personas que desea contribuir a su casusa la contacte.