NUEVA YORK. (AFP) La ex velocista estadounidense Marion Jones será sentenciada este viernes en un tribunal de Nueva York, tres meses después de haber admitido tomar esteroides en un escándalo de dopaje que le hizo perder las medallas ganadas en los Juegos Olímpicos de Sydney-2000.
Los fiscales que presentaron las acusaciones dieron a conocer que se sentirían satisfechos con una sentencia de seis meses de prisión, pero el juez a cargo del caso ha indicado que podría ordenar a Jones servir dos sentencias consecutivas.
Jones, de 32 años, rompió en llanto y mostró su arrepentimiento en octubre pasado después de declararse culpable de mentir a los agentes federales que investigaron el escándalo de dopaje de los laboratorios BALCO de California.
La corredora igualmente trató de ocultar evidencias de su participación en un esquema de fraude bancario planeado por su ex pareja, el velocista Tim Montgomery, también sancionado por dopaje.
Poco después de declararse culpable, Jones anunció su retiro de las pistas y tuvo que devolver las cinco medallas -tres de ellas de oro- ganadas en los Olímpicos de Sydney.
Durante años Jones estuvo negando las acusaciones de dopaje que le persiguieron, y llegó hasta demandar a Victor Conte, patrón de BALCO, que dijo haber visto como la atleta se inyectaba los productos dopantes que él le suministraba. Montgomery, con quien Jones tiene un hijo nacido en el 2003, fue despojado de su récord mundial de los 100 metros y sancionado de por vida por su participación en el escándalo BALCO.
De acuerdo con las acusaciones, en noviembre de 2003 Marion Jones le negó a los investigadores federales a cargo del caso BALCO que ella hubiera usado el principal producto.