Marmoladas

Marmoladas

VÍCTOR A. MÁRMOL
El Eclesiastés nos dice que “hay un tiempo para cada  cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo”.   Freddy Beras Goico ha tenido tiempo para hacer muchas cosas bajo el sol; con mucho trabajo y transparencia.

Ha tenido tiempo para llorar y otro para reír; un tiempo para los lamentos, y otro para las danzas.

Un tiempo para lanzar piedras, y otro para recogerlas, un tiempo para abrazar, y otro para abstenerse de  hacerlo.

Un tiempo para buscar, y otro para perder; un tiempo para guardar, y otro para  tirar fuera.

Un tiempo para callarse, y otro para hablar.

Ha tenido tiempo para amar, y otro para odiar; un tiempo para la guerra, y otro para la paz…

El polifacético humorista ha derrochado todo lo bueno de su corazón para amar a los que necesitan ayuda.  De ahí  su gran vocación de servicios hacia los demás.

Pero también ha sabido odiar. Ha  odiado a los malvados, a los que destruyen vidas inocentes, a los corruptos y corruptores, a los tiranos, a los hipócritas.

Pero también ese odio lo ha sabido ir eliminando, porque parece que su gran corazón no lo puede albergar.

De ahí, su gran éxito en la vida.

Yo  lo conocí hace alrededor de  28 años cuando en una ocasión él se encontraba en el restaurant La Atarazana, en la zona colonial.

Cuando un amigo fue a saludarme mencionó mi nombre y apellido y él, que se encontraba cerca, miró hacia mí y dijo: “yo pensaba que Víctor Mármol era más viejo”.

Reí de su ocurrencia, y desde entonces he seguido riéndome de todas sus ocurrencias (valga la redundancia).

Lo felicito de corazón por haber sido  declarado Hijo Ilustre de la ciudad de Santo Domingo por parte del Ayuntamiento del Distrito Nacional, y recordarle  las bíblicas palabras del Eclesiastés: “Vanidad de Vanidades, todo es Vanidad”, para que  continúe siendo el hombre sencillo y humanitario  que conocen los pobres y los ricos de este país.

Que Dios le dé larga vida y salud.

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