RABAT (EFE).- Rabat lamenta la decisión de Argelia de no reabrir las fronteras terrestres con Marruecos, cerradas desde hace más de 17 años, informó hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En respuesta a las declaraciones realizadas el pasado domingo por el primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia, en las que afirmó que «la apertura de las fronteras no es un tema de hoy», el ministerio marroquí subrayó que la decisión «constituye un grave obstáculo al derecho de libre circulación de la población de ambos países».

A través de un comunicado, recogido por la agencia oficial MAP, el ministerio apuntó que «las autoridades argelinas recurren a argumentos o requisitos injustificados para mantener el ‘statu quo’, retrasar la apertura de las fronteras entre los dos países y perpetuar una situación singular y excepcional».

El primer ministro argelino dijo durante una rueda de prensa que la apertura de las fronteras «llegará un día u otro», pero añadió que Argelia necesita «un clima de buena fe y de confianza mutua entre vecinos».

Además, Ouyahia indicó que «las últimas declaraciones oficiales de Marruecos en las que acusa a Argelia de financiar a mercenarios africanos en Libia nos apartan de ese clima de confianza». Respecto a este cuestión, el ministerio marroquí de Asuntos Exteriores explicó que «ningún responsable marroquí mencionó el papel de Argelia en el reclutamiento de mercenarios o que facilitase el acceso de éstos a Libia».

Agregó que «pese a que numerosos miembros de la oposición libia y medios internacionales han hablado sobre la responsabilidad argelina, los oficiales marroquíes se han abstenido de abordar este asunto».

El ministerio destacó también que Marruecos está comprometido a alcanzar «una verdadera normalización de las relaciones bilaterales en beneficio de los dos pueblos hermanos».

Las fronteras terrestres entre Argelia y Marruecos se encuentran cerradas desde 1994 por decisión del Gobierno argelino, después de que las autoridades de Rabat acusasen al país vecino de estar implicado en un atentado perpetrado ese año en la ciudad marroquí de Marraquech.

Por otro lado, Argelia sostiene que las autoridades marroquíes no efectúan una vigilancia eficaz que impida el contrabando de armas y de drogas a través de la frontera que separa ambos países. EFE