Martha Pérez – El momento político del país

Martha Pérez – El momento político del país

El acontecer de la República Dominicana está en crisis; en esta condición llevamos un buen tiempo y el panorama cada día se vislumbra más complejo. La situación económica no puede ser peor; el cuadro social no pinta nada bueno y el escenario político está muy confuso, de lo cual todos estamos concientes. Y cada quien de alguna forma expresa su preocupación y su modo de ver las cosas y de las posibles vías de encontrar alguna solución. Pero las soluciones no se presentan a la vista, porque los diversos componentes que han originado esta situación en el país se interrelacionan de manera directa e indirecta, llevandonos cada vez más hacia abajo e imponiendonos un estilo de vida que obliga a todos a expresarse y a sentirse inconformes. Una solución a lo económico tiene elementos en lo político y en ambos radica el equilibrio social. ¿Qué hacer?. No podemos esperar a que lo político salga de la crisis para encontrar las soluciones económicas; tampoco podemos esperar que se superen los desequilibrios políticos y lo económico para encontrar la tranquilidad social. Es la complejidad que presenta el panorama.

Ante este cuadro incierto, el momento político del país se comvierte en el más oportuno para que los dominicanos podamos recobrar la fe y la confianza en nuestro futuro, fundamentadas en la moral y la ética, en la dignidad y la decencia, que también están en crisis. ¿Por qué el momento político? Porque estamos a menos de cien días para la celebración de las elecciones presidenciales y por tanto en plena campaña electoral, la que les permite a los partidos políticos y sus respectivos candidatos presentar sus mejores ofertas electorales, que en esta ocasión deberán estar basadas en un amplio proyecto de nación, más allá del simple plan de gobierno que acostumbran a presentar cada cuatro años para conquistar al electorado. La presente situación del país obliga a una propuesta electoral que incluya temas capitales; obliga al diseño de políticas de alianzas fundamentadas en el principio de la unidad amplia, diversa y plural. Ningún partido y/o candidato por sí sólo estará en capacidad de gobernar el país en este estado de crisis; siquiera el partido en el poder, que lo que va es a reelegir el estado de crisis del país; y a profundizar la crisis por la que atraviesa internamente. Si en esta campaña electoral no surgen las fórmulas que conduzcan a la posibilidad de hacer frente a la crisis del país, desgraciadamente vamos perdidos. Pero esas fórmulas insistimos han de estar contenidas en un amplio y viable Proyecto de Nación, que esté sustentado sobre la base de planteamientos serios relacionados con la problemática actual del país; y avalado por agrupaciones y/o figuras políticas, de la sociedad civil, de las iglesias, confiables, de manera que pueda tener credibilidad ante los ojos de la población ya descreída una justa implementación.

De no ser así, en los próximos cuatro años la crisis seguiría su curso, aunque con otros tintes. Pero es evidente que el momento político es definitorio del futuro de la sociedad dominicana, con todo y que, no puede hablarse mucho de los partidos políticos en sentido general, porque el partido en el poder sigue en crisis; y todavía quedan remanentes de la crisis que afectó al Reformista Social Cristiano; situaciónes que han influido indistintamente de muchas formas en el agudizamiento de la crisis económica del país. Diversas opiniones han señalado que, por ejemplo, el descontrol en la prima del dólar es de corte político. Este ejemplo vasta para recalcar que la de ahora, no es una campaña electoral cualquiera; debe ser especial y muy seria. De la valorización, el análisis y la orientación del momento político, en relación con sus respectivas ofertas electorales por parte de los partidos y candidatos que participarán en las elecciones de mayo próximo, dependerá la posibilidad de soluciones a la presente crisis que vive la República Dominicana.

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