Mary Marranzini apoya educación en valores

Mary Marranzini apoya educación en valores

Me satisface mucho la comunicación que recibí de la Presidenta Nacional de la Asociación Dominicana de Rehabilitación en la que expresa su solidaridad con los planteamientos que hiciéramos acerca de la necesidad que existe de fomentar la educación en valores, a propósito del libro “Ética, Crisis Social y Educación en Valores”, del profesor universitario Celedonio Jiménez.

A continuación el texto de la carta de doña Mary Pérez Marranzini:

“Querida Rosa Francia:

Leí el artículo que publicaste en la sección Brisas del periódico Hoy del domingo 23 de mayo, 2004, sobre las necesidades de educación en valores que ofrece el libro “Ética, Crisis Social y Educación en Valores”.

Aprecio tu preocupación por la desmoralización social, que en particular los sistemas de comunicación se pueden convertir en elementos perturbadores de estilos de de vida y sistemas de valores.

Libros como el que citas, estoy de acuerdo de que pueden contribuir a mejorar el deterioro social que, sin lugar a dudas, se inicia en la familia.

Te recuerdo siempre con mucho afecto y valoro tu trabajo periodístico”.

Es alentador que personas de la sensibilidad de doña Mary, que constituyen un ejemplo para la nación, alcen su voz a favor del mejoramiento de la calidad moral de la sociedad dominicana, tan afectada por la crisis de valores que hay en la familia, la escuela, las instituciones gubernamentales, los partidos políticos y otros estamentos.

Como señala Celedonio Jiménez en su libro, es necesario trabajar valores tales como el respeto, la responsabilidad, lealtad, integridad, honestidad, nobleza, libertad, tolerancia, disciplinas, orden y otros no menos importantes, como el compromiso con el medio ambiente, en tanto que esto supone, de acuerdo al autor, no sólo un problema de ética, sino de supervivencia.

Esto se hace muy urgente porque, de verdad, la situación es muy grave; estamos temerosos de salir a la calle por el auge de la delincuencia; nos sentimos inseguros en nuestros hogares; podemos ser estafados hasta por teléfono e Internet, cada día se “perfeccionan” más los métodos para delinquir; nos sentimos desprotegidos por las instancias que tienen como misión preservar el orden y garantizar la seguridad de la ciudadanía y cuando nos ocurre algo no sabemos dónde acudir.

Sentimos que cuando compramos un bien o un servicio nos quieren sacar el dinero a cómo dé lugar y si nos descuidamos nos estafan. Por ejemplo, yo hospitalicé a mi madre por dos veces en un centro clínico de la Zona Oriental; En ambas ocasiones me facturaron radiografías que le hicieron antes de su ingreso y que no eran parte de ese “paquete”; y estoy casi segura que también pagué extra unos análisis, pero no pude reclamar porque el recibo lo había dejado en casa; además en ese centro cobran una comisión por encima de los honorarios de cada médico que la asiste. Con respecto a la comisión, quisiera saber ¿hasta dónde es legal?

Si en las dos veces que hospitalicé a mi madre quisieron cobrar de más, yo me pregunto: ¿qué pasa con quienes no analizan y simplemente pagan lo que está indicado en las factura? Y como uno ve que tratan de estafarte en algunos renglones te llega la duda de si, efectivamente, aplican los medicamentos que dice la factura.

Gracias doña Mary por su carta; le prometo continuar insistiendo sobre la necesidad de fomentar los valores no sólo a través de esta columna, sino de cualquier otro espacio en que me sea posible hacerlo.

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