Más allá de monumentos, ciudades y sus leyendas

Más allá de monumentos, ciudades y sus leyendas

En muchas ciudades se puede disfrutar de bienes inmateriales, más allá de monumentos o edificios históricos. Las leyendas son un atractivo añadido para los tours turísticos y más en fechas como Halloween…
En muchas ocasiones los viajeros que transitan por las ciudades turísticas del mundo buscan, más que edificios y monumentos, el misterio, el encanto y la emoción que aportan las leyendas. Dentro de las numerosas urbes que cuentan con fábulas y curiosas tradiciones, ofrecemos una pequeña pincelada.
La casa de Julieta en Verona. Los visitantes se amontonan en círculo, alrededor de una guía con micrófono, en un rincón al lado de la estatua de Julieta en un pequeño patio interior de Verona.
“Cuentan que aquí…” así comienza su intervención la guía. Lo que les cuenta es que, supuestamente, esa casa de piedra situada en la calle Cappello 23, es la casa de Julieta, la protagonista de la obra de Shakespeare «Romeo y Julieta», y que el balcón que ven es por el que trepó su amado Romeo.
No se ha podido corroborar esta información, pero todos los turistas que llegan a Verona, en Italia, dejan cartas a Julieta y se hacen fotos emulando la frase “Oh, Romeo, Romeo…”.
El reloj de Praga. El reloj astronómico de Praga es uno de los principales atractivos de la capital checa. El reloj fue construido a principios del siglo XV por el maestro Hanus.
Cuando finalizó su obra, los dirigentes de la ciudad se querían asegurar de que Hanus no volviese a crear nada parecido y decidieron arrebatarle el sentido de la vista.
El viejo relojero, para vengarse, decidió meter la mano en la maquinaria del aparato. Hanus murió desangrado habiendo parado el reloj. Desde entonces, se cree que, si el reloj se detiene, alguna tragedia caerá sobre la ciudad.
El fantasma de la Ópera de París. Un fantasma en la ópera, concretamente en la de París, en Francia. Gaston Leroux publicó esta leyenda en forma de novela en 1910 llamada “El fantasma de la Ópera”. Según cuentan los parisinos, en el edificio situado en el distrito IX de la capital francesa se esconde un músico virtuoso que permanece en el anonimato por su deformidad.
Este músico se enamora de una joven cantante, Christine Daaé, que, por su parte, anhela el amor del Conde de Chagny. Sobre esas premisas se construyen historias de muerte, pasión, ira… Y, por lo que parece, tienen una base real: el escritor de la novela se basó en noticias que tuvieron como escenario el palacio Garnier.
El Conde Drácula en Rumanía. El famoso personaje del escritor irlandés Bram Stoker tiene su origen de carne y hueso en Rumanía, en la región de Transilvania.
Vlad Draculea, Vlad III o Vlad Tepes fue el príncipe de Valaquia durante el siglo XV. Durante su mandato se reveló como un gobernante cruel y sanguinario que utilizaba el empalamiento como método de castigo.
En las crónicas de la época se le retrata como una persona amante de la tortura y que se bebía la sangre de sus víctimas o la usaba como acompañamiento para sus comidas.
En el período que estuvo al frente de su pueblo, ejecutó a aproximadamente 100.000 personas. Su método favorito era espetar a personas en un palo, de ahí la importancia de las estacas en la mitología vampírica relacionada con Drácula.
El amor en Guanajuato. Si dos amantes se besan en el tercer escalón de “El callejón del beso”, en la ciudad de Guanajuato, en México, disfrutarán de siete años de amor. Esta tradición hunde sus raíces en una antigua leyenda sobre Carmen y Luis.
Según el relato popular, Carmen y Luis vivían en la misma calle y sus casas estaban a poca distancia la una de la otra. La historia dice que sus balcones estaban separados por solo 68 centímetros.
Cada uno en un balcón, compartían confidencias y besos hasta que el padre de la joven los sorprendió. El patriarca no aceptaba esta relación y mató a su propia hija.
La Leyenda de El Dorado. La de El Dorado es una de las leyendas más conocidas de América Latina.
La laguna de Guatavita es el epicentro de esta leyenda que se convirtió en película Disney o fue usada como trasfondo para la cuarta entrega de las aventuras del intrépido Indy, en “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”.

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