Más allá del auge latinoamericano

Más allá del auge latinoamericano

Comentario Editorial
Los inversionistas de portafolio, al parecer, no pueden sacar suficiente de América Latina, una región que se consideraba por lo general que estaba en el borde de la quiebra hace cinco años. Impulsados por flujos récords, las bolsas de Argentina y Brasil han realizado ganancias fenomenales este año. Los rendimientos en el mercado de bonos están en bajas históricas y esta semana, la moneda brasileña, el real, tocó su nivel más alto desde 2001.

Pero si la ebullición en este mercado se fuera a traducir en un crecimiento firme a largo plazo, a la par del alcanzado en el sudeste de Asia y China, los gobiernos de la región tienen que hacerle frente a otra realidad latinoamericana mucho más apremiante: la persistencia de niveles muy altos de pobreza y exclusión social.

La teoría económica convencional sugiere que el crecimiento económico reducirá la pobreza. Sin embargo, en un informe publicado esta semana por el Banco Mundial, sostiene que la pobreza retarda el crecimiento, al reproducir los mismos patrones de exclusión social y desigualdad de ingresos. Todo esto contribuye a un círculo vicioso que limita el potencial de la región.

En cifras brutas, cerca de una cuarta parte de los latinoamericanos vive con menos de dos dólares al día. Tienen poco acceso a los mercados financieros y es poco probable que disfruten del título legal de sus casas u otras propiedades. Reciben educación en escuelas pobres, son atendidos en hospitales saturados y tan expuestos a los riesgos del desempleo que no pueden ser buenos empresarios. Además, la falta de una mano de obra instruída y una buena infraestructura, le dificulta a América Latina atraer inversiones.

La pobreza es una de las razones por las cuales países como Brasil -el favorito del mercado-, creció solo 2.3% en 2005, a pesar de los elevados precios de las materias primas, una animada demanda de China y una profusa liquidez global. Y su persistencia explica por qué las sociedades se están volcando hacia los populistas de viejo estilo en busca de las respuestas a sus problemas.

La tendencia, visible en las recientes elecciones en Bolivia y Costa Rica, pudiera influir el resultado de otras elecciones este año en Perú, México, Ecuador y Nicaragua.

El resultado latinoamericano indica que la dependencia exclusiva de recetas pro-mercados no es suficiente. Las instituciones que excluyen, y las políticas económicas que solo miran hacia adentro, pudieran ser las responsables de fracasos anteriores, pero en y de la propia estabilidad macroeconómica, políticas económicas más abiertas y la reforma institucional durante los últimos veinte años no han dado resultado.

Al contrario, como indica el informe del BM, los gobiernos tienen que brindar mayor prioridad al gasto en infraestructura que pueda beneficiar a los pobres y hacer más por mejorar la calidad de la educación y la salud. Chile ha establecido lo que puediera tomarse como ejemplo en algunas de estas áreas. Sin embargo, el gasto público en países como Brasil, en particular en áreas como las pensiones públicas, siguen estando inclinadas a favor de los que están mejor económicamente. Y en otros lugares, los gobiernos están recaudando muy poco en impuestos, en especial, de los ricos.

Pudiera parecer una herejía para algunos oídos, pero algún grado de redistribución sería bueno para el crecimiento.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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