Más allá del miedo…

Más allá del miedo…

“El amor perfecto expulsa al miedo”. 

Un Curso de Milagros

 La función de las relaciones es reunimos para hacer un trabajo verdadero. Para lograr este nivel de profundidad de las relaciones, es necesario que entreguemos una rigurosa sinceridad. Claro que todos deseamos ser honestos, pero tenemos miedo de comunicarnos abiertamente con otra persona, porque pensamos que si ven quiénes somos nos dejarán.

Para la mayoría, una relación es un proceso de nacimiento. El misterio que rodea este hecho suele provocarnos confusión y miedo. Las programaciones y el dolor emocional que nos habita es un caldo de cultivo para el miedo. El miedo nos lleva a reprochar a los demás lo que otras personas nos hicieron en el pasado. Cuando una situación reaparece, es con la finalidad de que podamos sentir lo mismo nueva vez. La repetición nos regala otra oportunidad para sanarnos.

El poeta latino Ovidio dijo: “El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas”. Usualmente, las barreras que oponemos al amor son inconscientes. Surgen de nuestros esfuerzos por proteger los lugares donde estamos heridos. Creo que no tenemos miedo del amor. A lo que verdaderamente tenemos miedo es a que no nos dure para siempre. Quien tiene miedo al amor para evitar el fracaso, es similar a quien se suicida por miedo a vivir.

Al empezar a trabajar profundamente en nosotros mismos, nos puede parecer que nuestra vida empeora en vez de mejorar. Ocurre que al mover nuestro pozo emocional, la basura que estaba asentada en el fondo lo enturbia todo. Si has pasado por este proceso, sabes que puede ser tan doloroso que nos podemos sentir tentados a volver a lo que ya habíamos dejado.

El novelista, ensayista y poeta ingles Aldoux Hurley decía que el amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor, pero además el miedo también expulse a la inteligencia, la bondad, y a todo pensamiento de belleza y verdad. Así, sólo queda la desesperación muda hasta que al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.

Nuestras defensas son una muestra de que estamos heridos. Un Curso de milagros dice que decidimos lo que queremos ver antes de verlo. Los demás pueden ofrecernos amor sincero, pero si ya estamos convencidos de que no se puede confiar en la gente, haremos todo para probar que la conclusión a la que hemos llegado es correcta.

Al entrar en una relación, nunca tenemos idea de lo que pasará. Entregarnos al miedo amenaza nuestra propia esencia. Por otro lado, nunca tendremos seguridad en el amor. Al igual que la vida, el amor es un misterio. Hace falta valor para recorrer la senda del guerrero. Quien no vive peligrosamente, no vive. Si el amor fuera seguro (como solemos querer) podríamos fabricarlo. La vida y el amor jamás florecen en la seguridad.

El escritor español Alonso de Ercilla y Zúñiga dice: “El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente”. Antes de alcanzar suficiente valor para abandonar a nuestro miedo, tenemos que mirarlo directamente a los ojos. La mejor manera que tenemos para ir más allá del miedo es entregarlo al Espíritu. Él transforma el miedo en amor, y une lo que antes estuvo separado. La Biblia dice: “Nunca perderás el rumbo, pues Dios es quien te guía”.

Cuando nos entregamos a Dios, confiamos en un universo que sabe lo que está haciendo. Cuando renunciamos a controlar los acontecimientos, éstos se sanan por sí solos, dando paso a lo nuevo. Cuando un poder que es mucho mayor que el nuestro se hace cargo de todo, podemos descansar. Confiamos en que el poder que salir el sol en cada cada amanecer, puede manejar las circunstancias de nuestra vida con la misma eficiencia.

En realidad, cada miedo que experimentamos evidencia que aún no tenemos una relación de confianza en Dios. “Dios” significa amor. “Voluntad” significa pensamiento. La voluntad de Dios es un pensamiento de amor. ¿Qué pensamientos alimentas cuando tienes miedo? La respuesta puede ser la diferencia entre vivir desde el miedo o desde la confianza. Un sabio proverbio chino dice que el que teme sufrir ya sufre el temor.

El actor y comediante Charles Chaplin dijo: “La vida es maravillosa si no se le tiene miedo”. En cada encuentro nos relacionamos desde el amor o desde el miedo. La única tarea de vivir es aprender a confiar en el poder del amor. Cuando vamos más allá del miedo, dejamos que el Creador actúe, y mostramos que tenemos fe en que Él sabe cómo hacerlo.Dios es el amor que hay dentro de nosotros. La realidad que vivimos es un reflejo de la imagen que tenemos de Dios. Cada miedo que conquistamos es un paso para retornar a nosotros mismos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas