Más caficultores se integran al «Boom»
del café orgánico

Más caficultores se integran al «Boom» <BR>del café orgánico

POR FAUSTO ADAMES
POLO, Barahona. – En esta pobre y humilde comunidad sureña, ubicada en medio de un abanico de hermosas montañas que decoran con un manto de verdor y frescor el paisaje del sur olvidado y profundo, los caficultores barahoneros, sin perder la fe y esperanza en el campo, han decidido cultivar con trabajo y sacrificio el café orgánico para revertir la crisis que viene atravesando este cultivo en la presente década y obtener mejores ingresos de su actividad.

Crisis que, de acuerdo a los expertos, ha sido provocada por el dominio que ejercen las grandes torrefactoras, como Nestlé y otras empresas que dominan el mercado del café y que, por tanto, imponen los precios.

No obstante, ahora, con el desarrollo de la agricultura orgánica, los caficultores consiguen un mejor precio que el cotizado en el mercado mundial. El año pasado, los productores vendieron el quintal de café orgánico a US$139 el quintal y este año se conseguirán esos mismos niveles de precios, de acuerdo con los productores de esta comunidad.

Para tener una idea de la diferencia de precios entre el orgánico y el convencional, sólo el año pasado el café convencional estaba a US$60 las cien libras en el mercado internacional y el orgánico se encontraba en US$139. Esto ha provocado que los productores hayan tenido ganancias este año, aunque todavía estos ingresos son mínimos.

Este incentivo de mejores precios ha hecho que se integren más asociaciones de productores a la siembra de este cultivo, puesto que la cooperativa de aquí comenzó con dos asociaciones y 143 caficultores y ahora hay 298 socios integrados a la cooperativa, de acuerdo con las informaciones suministradas por Corporino Féliz, presidente de la Cooperativa de Caficultores Orgánicos y de Servicios Múltiples de Polo.

Este productor afirma que «los caficultores de aquí cultivan el café orgánico para salvar la salud, el medio ambiente y los recursos naturales del país».

Según Féliz, el año pasado se exportaron 280 quintales, con lo cual el país causó un «boom» en los mercados de Europa, por la gran calidad y acogida que ha tenido el café criollo en esos mercados de cafés especiales, «y después de haberle pagado a todos los socios, con los excedentes que vinieron de allá por haber vendido el café en el «mercado justo» hubo caficultores que recibieron hasta RD$50,000 extra después de haberle pagado su producción.

«Entonces, por esa razón también ocurrió un boom en la siembra, puesto que de 143 cosecheros que estábamos en la cooperativa, pasamos este año a 298 socios, atraídos por estos buenos precios», dijo Féliz.

Según Féliz, la recolección del café orgánico se hace con la selección del café maduro de las fincas, «pues si se recoge otro tipo de café, entonces no estamos produciendo un fruto de calidad y luego no se podrán obtener los precios que ameritan los mercados de la caficultura orgánica».

De su lado, Nicolás Cruz Tineo, director ejecutivo del Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa (IDEAC), afirma que el café representa una gran proporción de las divisas que ingresan al país en materia de exportación, pero hace 4 a 5 años que este rubro viene experimentando una caída en su nivel de producción, por los bajos precios que ha obtenido en el ámbito internacional.

«Sin embargo, hoy día estamos rescatando la producción de café mediante la aplicación de tecnología válida para agregarle valor a la producción», dijo.

Según Cruz, el mercado exige determinada característica para el tipo de producto, «y por ello estamos apoyando a los productores a que aporten esas características para que el mercado internacional pueda comprarle el producto a muy buenos precios».

De acuerdo con sus informaciones, el precio actual del café orgánico «ha provocado que los agricultores tuvieran ganancias este año».

«Generalmente los cosecheros no tienen posibilidad de obtener algún nivel de beneficios, porque lo venden a los intermediarios y estos le ofrecen el precio que les da la gana», lamenta.

No obstante, señala que hoy en esta comunidad ya no sucede eso, porque los productores de Polo están exportando su propio café y, por tanto, se encuentran consiguiendo el precio que el mercado internacional les está otorgando concretamente y más aún a aquellos que tienen acceso al mercado justo.

PRECIOS Y CRISIS DEL RUBRO

De acuerdo con Cruz, en el mercado mundial el año pasado el café se encontraba a US$74 el quintal, y los caficultores de aquí vendieron a US$139, y este año el precio del convencional se elevó a US$88 el quintal, mientras el orgánico logró precios que ascendieron a los US$141, por lo cual ha habido un repunte, tanto de la producción como de los caficultores dedicados a la actividad.

No obstante, según Cruz, el mercado del café está siendo afectado fundamentalmente por el problema de Vietnam, país que no era productor y ha entrado en producción de café y provocó que el mercado se cayera produciendo un café malo, tipo robusto, además de que la mano de obra allá es bastante barata, «por tanto, este producto podría colocarse a un precio bajo en el ámbito internacional, lo que a su vez hizo que bajara la producción nuestra».

«También la crisis ha sido provocada por el dominio que ejercen las grandes torrefactoras, como Nestlé y otras que dominan el mercado del café y ponen ellos los precios, básicamente».

Señala que, entonces, al salir de operación la Asociación Internacional del Café no había posibilidad de regulación de los precios del mercado.

Es su criterio de que la situación de la caficultura ha mejorado un poco este último año, lo cual se refleja en que la semana pasada el precio del café mejoró ligeramente, y se encuentra en los US$126 el quintal porque ha ido mejorando el mercado.

También, Jesús Moreno, presidente de Helados Bon y miembro de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), afirma, por su lado, que «ahora mismo hay una demanda de café orgánico por encima de la oferta».

«Y si hubiera más campesinos entusiasmados y la sociedad tuviera un mayor interés en incentivar al campesino para que cultive el café orgánico, en estos momentos ya hubiéramos vendido muchos millones de dólares más, este mismo año», dijo.

Según Moreno, el país está exportando actualmente más de US$100 millones en productos orgánicos, tales como guineo, cacao, vegetales y frutas.

Asimismo, dijo que también hay muchos proyectos para la producción de aguacate orgánico y demás que han demostrado que son sostenibles en precios, como también que generan y protegen los recursos naturales, «es decir, un valor agregado fundamental para nuestra supervivencia».

«Por consiguiente es prioritario como sociedad que se apoye este tipo de cultivos», dijo Moreno.

PRODUCTIVIDAD

De su lado, el productor Féliz afirma que los caficultores de esta comunidad serrana se quejan de los problemas inherentes al cultivo, como el abandono de las fincas, los bajos precios del café en el mercado internacional, además del ataque de la plaga de la broca, lo cual ha provocado un bajo rendimiento del cultivo.

«Sin embargo, con el uso del bono ecológico, la productividad de las fincas ha aumentado», dijo.

Este bono ecológico consiste en una donación de las Naciones Unidad a los agricultores que cultivan café a través de un fondo especial, para mantener el medio ambiente y los recursos naturales, como también para la diversificación de las fincas, con el propósito de que los agricultores puedan introducir otros rubros que les generen ingresos, o sea alternativas de cultivo.

Según Féliz, el rendimiento de los cafetales estaba muy bajo unos años atrás, «sin embargo, ha aumentado este año, pues en estos momentos nos encontramos entre 40 y 45 libras por tarea».

«Pero nuestra meta es llegar al rendimiento óptimo de la parcela, aunque para lograr este objetivo tenemos que aplicar a la finca los paquetes tecnológicos, como marco de plantación, las barreras y los árboles de sombra, entre otros factores.

LA COOPERATIVA

De acuerdo con Féliz, la cooperativa está formada por un pequeño grupo que han unificado esfuerzos para hacer una asociación o una cooperativa de pequeños y medianos caficultores orgánicos.

Para Féliz, el trabajo ha sido duro y fuerte, «pero gracias a Dios han logrado muchas cosas y aún siguen caminando, con mayor visión de futuro en la construcción de una empresa sostenible».

Según Féliz, los socios de la cooperativa deben tener el mínimo de 10 tareas para ser miembro de esta entidad y un máximo que puede llegar hasta 1,000 tareas.

Estas informaciones se difundieron en la celebración del «Segundo Festival del Café Orgánico, Celebrando la Cosecha», el cual tuvo lugar por segundo año consecutivo en este municipio.

La actividad fue organizada por el IDEAC, la JAD y la Cooperativa del Núcleo de Caficultores de Polo.

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