Más carreteras de montaña para Eleuterio

Más carreteras de montaña para Eleuterio

El profesor Eleuterio Martínez, en su interesante columna en este diario de Consultorio Ecológico, le respondía a un lector acerca de las carreteras de montaña del país a raíz de la inauguración el 27 abril de la magnífica carretera de igual condición de Piedra Blanca a Rancho Arriba. Eleuterio reseñaba las carreteras en uso de características similares que taladran las cordilleras del país.
La respuesta de Martínez me ha motivado a ampliar lo externado por él. De esta manera nos hacemos de una idea más completa de la importancia de esos esfuerzos de los ingenieros dominicanos de desafiar nuestras montañas.
Por eso es que me permitiré agregar otras carreteras montañosas que una vez existieron. La indolencia, la apatía, el desinterés político y la incapacidad de darle mantenimiento las dejaron destruir y hacerlas intransitables después de años de servicio. Eran para el disfrute de los viajeros que les gusta viajar por las montañas. Además cumplían un rol de desarrollo muy importante para el auge de la agricultura e intercambio comercial regional.
El caso más lamentable es la forma de cómo se dejó destruir la carretera desde San José de Ocoa a Constanza, vía Sabana Larga, la 41 como se le conoce, fue inaugurada en 1956. Se convirtió en un hito técnico de la ingeniería por el desafío de su trazado de fuertes pendientes.
Esta vía, que la construyó la empresa Elmhurst, contribuyó al incipiente comercio entre el Cibao y el Sur. Para la década de los 80 del siglo pasado la falta de mantenimiento, los derrumbes y los huracanes la volvieron intransitable. Solo quedó de uso para el tramo de Constanza a La Pirámide y de San José de Ocoa hasta La Horma. El resto de la vía es solo apto para vehículos de doble tracción a camiones pequeños que transportan los productos agrícolas de la zona hacia los mercados sureños y cibaeños.
Otra vía que una vez fue de gran importancia estratégica era la que comunicaba a Maimón de Bonao con Yamasá en la provincia de Monte Plata. De nuevo la falta de mantenimiento desde 1962 añadida la indolencia oficial la dejó de destruir. Solo quedan tramos en ambos extremos como es el de los Martínez desde Maimón y el de Yamasá a Esperalvillo. Esta ruta tiene su importancia ya que atraviesa una zona de montaña de gran riqueza de minerales valioso como el cobre, oro y níquel de un gran potencial con el cobre en explotación. Es una zona de gran riqueza agrícola. Esa vía fue construida por la Elmhurst en los finales de la dictadura de Trujillo en la década de los 50 del siglo pasado. La idea de Trujillo era dotar toda esa zona de Monte Plata de una red vial que le permitiera asegurar los servicios para la siembra de caña de molienda para el Central Río Haina aprovechando la Sabana de Guabatico.
Hasta el huracán George, en 1998, existía una hermosa y panorámica vía de montaña en la sierra de Bahoruco que comunicaba a Duvergé, cruzando Puerto Escondido, con Pedernales vía el río Mulito. Los derrumbes, descuidos y falta de mantenimiento la convirtieron en intransitable que hasta para el ejército dominicano confronta problemas para transitarla en su labor de patrullaje de la línea fronteriza. La comunicación existe desde Pedernales hasta la colonia La Altagracia, pasando por Agua Negra y Banano.
Por igual desde Duvergé hasta Puerto Escondido se llega sin dificultad en donde está la presa hidroeléctrica del río Las Damas. Fue el primer proyecto de esa naturaleza construida por una empresa dominicana, Cocimar, después de la caída de la dictadura de Trujillo.
Existe otra carretera de montaña, en el lado norte del Lago Enriquillo y cruzando la Sierra de Neyba, que une a La Descubierta con Hondo Valle y luego de esa comunidad, pasando por Aniceto Martínez, conduce hasta Comendador. Para los aventureros de los caminos con emociones fuertes, en la conducción de vehículos o motores, la vía ofrece todos los ingredientes de un cruce de montaña arriesgado. Los lugareños por sus necesidades de producción agrícola y de su comercialización la utilizan cotidianamente.
El país tienen en su trazado vial numerosas vías de montaña, que por diversas circunstancias, están fuera de servicio por falta de mantenimiento, pero con esfuerzos y voluntad política podrían restaurarse su utilidad, tal como ocurre con la casi desaparecida Internacional desde Restauración hasta Pedro Santana.

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