Con la venia de quienes dan seguimiento a nuestros escritos, me veo compelido a posponer el artículo que para el día de hoy tenía preparado sobre los ayuntamientos y en su lugar compartir “Más chistes eléctricos escritos en la CDEEE”, que en esta ocasión fueron hechos en el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio.

El vicepresidente ejecutivo de la CDEEE ha sido recurrente en participar en encuentros de este tipo cada vez que el agua le está llegando al cuello en el sector eléctrico que él dirige. Lógicamente, esta es una oportunidad para oxigenarse y encontrar aquiescencia en el mismo escenario que Kevin Manning utilizaba para defender el contrato de la otrora Smith Enron. Tendríamos que esperar pues, la pronta participación del señor Marranzini en las otras cámaras de oxígeno a las que suele acudir en momentos de asfixia eléctrica, entiéndase el CONEP, AIRD, AEIH, ANJE, por lo general la ADIE, entre otras afines.

La intervención del funcionario fue presentada como una rendición de cuentas, por lo que tendríamos que preguntar si se trata de un coleteo ante las recién llegadas autoridades del FMI, implorando misericordia para la CDEEE o si por otro lado es una despedida, similar a las que realizan ciertos huéspedes cuando sienten que el barco se hunde, pues parece ser que nos acercamos al inminente cumplimiento de las apocalípticas profecías eléctricas, todas evitables si en su momento se hubieran tomado las medidas recomendadas por quienes han demostrado saber del tema.

Cualquiera que sea la motivación y aunque nunca habla de esto, lo cierto es que a pesar de haber recibido más poder que todos sus predecesores juntos, el actual vicepresidente ejecutivo de la CDEEE no ha podido superar los indicadores de gestión que encontró, sino que por el contrario, durante su administración ha aumentado considerablemente el déficit anual del sector eléctrico.