¿Más cumbres, para que?

¿Más cumbres, para que?

En respuesta a las demandas de un pueblo harto, frustrado y definitivamente al borde de la desesperación, el Presidente de la República hace un llamado a sus funcionarios para revisar los acuerdos de la pasada Cumbre.  Nadie se acordaba de ese circo que costó una fortuna en comidas, transporte, asesores y hoteles, simplemente para entretener a la gente. Como era de esperarse, prácticamente nada de lo que se acordó en esa Cumbre, fue atendido por el Gobierno o se solucionó.

Claro está, para darle cierta credibilidad a este malogrado evento, algunas decisiones que se tomarían de una forma u otra, se anunciaron en la Cumbre con bombos y platillos, como fue la reducción de las  tasas de interés por parte del Banco Central. Todo un espectáculo para pendejos.

Ahora que el agotamiento le brota por los poros al Gobierno y que su encanto de hacer magia con el dinero público desapareció, habla de nuevo sobre la Cumbre. Algo que demuestra hasta donde Leonel Fernández ha perdido la brújula para gobernar.

Por su parte y desesperado por los fracasos en el sector eléctrico, el Vicepresidente de la CDEEE también llama a una Cumbre. Pero no sin antes intentar responsabilizar al sector privado de la crisis energética, diciendo que no invierten lo suficiente o que quieren comprarlo todo a precio de vaca muerta. Y el problema no está ni en uno ni otro argumento. Simplemente, el problema existe por el control casi absoluto que ya tiene el Gobierno de este sector, desde donde se comenten toda clase fechorías.

Mientras tanto, cada semana se destapan nuevos actos inescrupulosos de funcionarios públicos, donde el sentido común habla por sí solo. ¿Cómo se explica que la Secretaria de Obras Publicas pague más de mil millones sin registro de contratos dizque por tratarse de inversiones de emergencia? Una violación flagrante de la ley que tampoco será sancionada sino premiada, porque ese ha sido el medio utilizado en todas las instituciones públicas para construir la gran pirámide clientelista que sostiene a esta administración. 

Es urgente que el Gobierno se reencuentre con el país y con las necesidades de la gente, que demanda una acción firme contra el desorden institucional que conduce a estos actos de vandalismo administrativo. 

Son 3 años que le quedan por delante a Leonel Fernández, y de continuar este vendaval de protestas y huelgas que gradualmente se extienden a todo el ámbito nacional, no sé hasta donde vamos a llegar. No es posible que se siga maltratando a los gremios de la salud o a los pobladores de municipios que reclaman soluciones simples como agua potable, caminos vecinales o calles y escuelas, mientras se derrochan miles de millones de pesos financiando un sector energético totalmente podrido y corrompido.

Tampoco es buena política seguir concentrando la inversión en la capital, donde se obtienen préstamos caros para financiar elevados. Así pronto desaparecerá el resto del país y los límites fronterizos quedaran eliminados.

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