Dos días de protestas en Colombia por la muerte de un hombre a manos de la policía han dejado 13 muertos y más de 400 heridos, informaron las autoridades el viernes.
La violencia que remece Bogotá desde la muerte de Javier Ordóñez se prolongó durante una segunda noche de protestas menores y choques con la policía.
El ministerio de Defensa reportó 13 muertos, 209 civiles heridos y 194 agentes lesionados. Decenas de autobuses fueron destruidos y 13 de ellos incendiados. Sesenta estaciones de policía fueron dañadas.
Al ceder la violencia, el ministro de Defensa, Carlos Trujillo Holmes, ofreció disculpas a nombre de la policía por cualquier acto ilegal cometido durante la detención de Oróñez el miércoles por la madrugada. Dijo que se ha convocado a una junta disciplinaria para determinar si los agentes cometieron homicidio y abuso de autoridad. La fiscalía determinará si se presentan acusaciones penales.
Siete agentes están suspendidos ha raíz de la investigación.
“La policía nacional pide perdón por cualquier violación a la ley”, dijo Trujillo.
Videos realizados por testigos de la escena muestran a dos agentes que sujetan a Ordóñez en el suelo y le disparan con una pistola de electrochoques mientras él suplica que desistan. Lo llevaron a una estación policial y luego a un hospital donde, según las autoridades, a su arribo no exhibía signos vitales.
El incidente provocó una ola de indignación contra el empleo excesivo de la fuerza por la policía, en coincidencia con las protestas masivas en Estados Unidos contra la discriminación racial y los abusos policiales a los ciudadanos negros.