Un total de 15,5 millones de personas todavía se ven obligadas a ejercer la defecación al aire libre en América Latina y el Caribe, una práctica que puede contaminar el medioambiente y propagar enfermedades, advirtió hoy la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Día Mundial del Retrete.
Según los últimos datos disponibles de 2017, en América Latina y el Caribe el 74,3% y el 31,3% de la población respectivamente tenían acceso a servicios de agua y saneamiento gestionados de forma segura, es decir, que aún 82,7 millones de personas no acceden al saneamiento básico en la región, y, de estos, el 18,8%, o 15,5 millones, continúan practicando la defecación al aire libre.
“La defecación al aire libre es una práctica nociva para la salud”, afirmó Marcos Espinal, Director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS. “Mejorar el acceso al agua y al saneamiento con políticas y acciones multisectoriales sigue siendo crítico para prevenir enfermedades y salvar vidas”, consideró.
Cada 19 de noviembre se celebra el Día Mundial del Retrete para recordar la necesidad de adoptar medidas para responder al saneamiento insuficiente. Fue instaurado en 2001 por la Organización Mundial del Retrete, y es día oficial de las Naciones Unidas desde 2013. El tema de este año es “No dejar a nadie atrás”, la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 6, busca garantizar agua limpia y saneamiento para todos, e implica poner fin a la defecación al aire libre. El saneamiento deficiente provoca 580 muertes infantiles cada día en las Américas, y es un importante factor subyacente a varias enfermedades, como las lombrices intestinales, el tracoma y la esquistosomiasis.
Se estima que la eliminación de la defecación al aire libre contribuiría a reducir en 36% los fallecimientos por diarrea entre niños menores de 5 años, la sexta causa de muerte de este grupo en la región.
Inequidades de acceso al saneamiento
“La defecación al aire libre en América Latina ha disminuido desde el 2000, pero existen inequidades en el acceso al saneamiento”, consideró Marcelo Korc, jefe de la unidad de Cambio Climático y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.
Entre 2000 y 2017, se logró reducir 75% la defecación al aire libre en las ciudades de la región, al pasar del 3,2% al 0,8% de la población, y disminuir 70% esta práctica -de 29,9% a 8,9% de la población que la ejerce-, en las áreas rurales. Las personas con menores ingresos, los grupos en situación de vulnerabilidad social, las poblaciones rurales y los pueblos indígenas son los más afectados por el saneamiento deficiente y quienes más ejercen esta práctica.
Bolivia, Brasil, Colombia, Haití, México, Perú y Venezuela son los países donde esta práctica está más extendida. Haití es el país con el mayor porcentaje de población, el 20%, que defeca al aire libre y con las tasas más bajas de acceso a servicios básicos en agua y saneamiento de la región (65,5% y 34,7%, respectivamente), lo que trae aparejado que una proporción de los habitantes se enferme por causas relacionadas, como la diarrea.
Recomendaciones hacia la eliminación
Para poner fin a la defecación al aire libre, la OPS insta a colocar el saneamiento como una prioridad de la agenda de desarrollo de los países, y a articular los esfuerzos entre los diversos sectores y programas, como agua, salud, educación y reducción de la pobreza.
La OPS también considera clave que se involucre a las comunidades, se tenga en cuenta su cultura, se proporcionen incentivos financieros, y se promuevan las alianzas público-privadas para ampliar y mejorar el saneamiento. “Todos los sectores de la sociedad debemos hacer más para que los derechos a la salud y al saneamiento sean una realidad para todos, en todas partes”, aseveró Korc.