MOSSUL, Irak (AFP).- Diecisiete combatientes kurdos, cuatro policías iraquíes, dos soldados estadounidenses y varios civiles murieron este sábado en Irak, en una nueva serie de atentados suicidas en Mossul y Bagdad. Diecisiete combatientes kurdos peshmergas murieron y otros 40 resultaron heridos en un atentado suicida con coche bomba contra un convoy de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), informó un alto responsable de esa agrupación.

   El ataque ocurrió alrededor de las 16H30 (13H30 GMT) cuando el convoy se dirigía al cuartel de Karama en Mossul, declaró a la AFP Saad Pira, jefe de la UPK en esa ciudad, en comunicación telefónica desde Suleimaniya, en el Kurdistán iraquí.

   Tercera ciudad de Irak por su población, Mossul está situada 370 km al norte de Bagdad.

   Los vehículos utilizados en los atentados de la capital estallaron aproximadamente a las 09H30 hora local (06H30 GMT) cerca del puesto de Salhiya, a poca distancia de la sede del ministerio de Relaciones Exteriores y de la «Zona verde», provocando la muerte de dos policías iraquíes y heridas a al menos 39 más.

   En este sector, protegido por severas medidas de seguridad, se encuentran las oficinas del gobierno iraquí y las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña.

   En un comunicado, el ejército estadounidense dijo que hubo dos coches bomba así como «víctimas iraquíes», sin precisar el número.

   La fachada del edificio donde se encuentra el servicio de investigaciones criminales de la policía se derrumbó y unos 10 vehículos civiles fueron presa de las llamas o resultaron destruidos. Uno de los automóviles voló por el aire y terminó sobre el techo de un edificio de dos pisos, frente a la estación de policía.

   Por su parte, un soldado estadounidense murió y otro resultó herido por la explosión de una bomba al paso de su convoy cerca de Baaquba, 60 km al norte de Bagdad, informó una fuente militar norteamericana.

   «Un convoy de la fuerza multinacional sufrió un ataque con una bomba casera en Ghalabiyah, 12 km al oeste de Baaquba, que provocó la muerte de un soldado y heridas a otro», señaló un portavoz militar.

   Más temprano, el ejército norteamericano había anunciado la muerte de uno de sus soldados, además de otros cinco heridos por la explosión de una bomba en Bagdad.

   También en la capital, dos hombres fueron tiroteados en pleno día por desconocidos. Siete cadáveres fueron hallados en la zona rebelde al norte de la capital y tres murieron en la región petrolera de Kirkuk.

   Zaid Hassan, un ex oficial de los servicios de inteligencia del régimen del depuesto presidente Saddam Hussein, fue asesinado por desconocidos cerca de Baaquba.

   El viernes en la noche, dos soldados de la Fuerza multinacional murieron y cinco otros resultaron heridos cuando explotó un coche bomba en la frontera con Jordania, anunciaron este sábado las fuerzas armadas estadounidenses. Las autoridades iraquíes, por su parte, decidieron cerrar ese paso de frontera en Trébil hasta nueva orden.

   El viernes la ola de violencia en Irak había costado la vida a por lo menos 36 personas, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones generales previstas el 30 de enero, y luego de un período de relativa calma en la capital iraquí desde que comenzó la operación norteamericana el 8 de noviembre contra el bastión sunita de Faluya.

   Por su parte, los 850 soldados británicos del regimiento escocés Black Watch, que fueron desplegados hace un mes en el sudoeste de Bagdad, en la zona iraquí bajo control estadounidense, regresaron a su base en Bassora (sur).