Islamabad, (AP).- Aviones militares paquistaníes bombardearon el lunes presuntos escondites del Talibán y un mortero desviado cayó en una mezquita durante un servicio religioso, incidentes que llevaron a 20 la cifra de muertos en las últimas horas por la violencia en el inestable noroeste del país.

Los ataques aéreos alcanzaron una casa de huéspedes que estaba siendo usada por insurgentes en la aldea de Kani Guram, en Waziristán del Sur, donde las fuerzas armadas preparan una ofensiva contra el líder talibán paquistaní, Baitullah Mehsud.

Cuatro rebeldes murieron por los ataques, dijeron tres funcionarios de inteligencia que pidieron no ser identificados porque no estaban autorizados a revelar la información.

No fue posible confirmar de manera independiente la cifra de bajas ni las identidades de los muertos, pues la prensa tiene poco acceso a la remota región.

El domingo por la noche, un obús desviado cayó en una mezquita durante un servicio de oraciones en Azam Warsak, también en Waziristán del Sur y mató a tres miembros tribales e hiriendo a siete, dijeron fuentes de inteligencia y un testigo.

«La mezquita fue destruida y apenas conseguimos sacar a los muertos y los heridos», dijo un hombre que dijo llamarse Wazir. El hombre escapó ileso.

No estaba claro de inmediato quién disparó el mortero, pero fuentes de inteligencia dijeron que parecía haber estado dirigido a un puesto militar cercano, presumiblemente por milicianos.

Además, el lunes fuerzas de seguridad atacaron un presunto escondite insurgente en Tank, una pequeña ciudad cerca de Waziristán del Sur y mataron a dos supuestos rebeldes y arrestaron a nueve más, dijo el funcionario policial Abdul Rasheed.

En tanto, 15 insurgentes murieron en combates nocturnos con una milicia tribal local en la región de Kurram, al norte de Waziristán, dijeron un legislador y un anciano líder tribal, que informaron que dos milicianos tribales murieron y 35 resultaron heridos.

Pakistán dice que se está preparando para una ofensiva grande dirigida a eliminar a Mehsud y su red en Waziristán del Sur, que está en el cinturón montañoso a lo largo de la frontera de Pakistán con Afganistán y donde el gobierno tiene muy poco control.

El grupo de Mehsud ha sido responsabilizado de una serie de ataques suicidas en todo el país, en los que han muerto más de 100 personas en el último mes.