Más de 393 millones de niños de todo el mundo han alcanzado los 10 años de edad sin saber leer, según reveló este lunes un informe interactivo que basa el recuento en cifras recogidas desde 2015, cuando la ONU aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La herramienta multimedia, denominada «The Lost Potential Tracker» («El rastreador de potencial perdido»), es el resultado de un proyecto colaborativo entre la oenegé Save the Children, la organización ONE Campaign y la asociación Alianza Global para la Educación (GPE, en inglés) con el objetivo de monitorizar a tiempo real la crisis de aprendizaje.
Según los datos, que pueden consultarse en línea, más de 190.000 niños de diez años se pierden cada día un hito fundamental para asegurar un futuro mejor, cifra equiparable al doble de la capacidad del Camp Nou, el mayor estadio de Europa, destaca el informe.
A lo largo de un año son más de 70,5 millones de niños los que llegan a los diez años sin las habilidades básicas de alfabetización, el equivalente a la población entera de Francia, lo que revela el «fracaso» de los líderes mundiales para proteger la educación infantil, denuncia en un comunicado Tom Hart, director interino de ONE Campaign.
Además de cifras, el rastreador interactivo incorpora historias de los niños afectados y permite a los usuarios ponerse en la piel de un legislador y experimentar de primera mano la importancia de una financiación eficaz.
Basándose en datos del Banco Mundial, la UNESCO y la ONU desde 2015, la herramienta estima que para 2030 más de 1.063 millones de niños habrán alcanzado los 10 años de edad sin saber leer.
«Necesitamos urgentemente que los gobiernos y donantes den prioridad a abordar la crisis del aprendizaje», remarca la directora de Save the Children, Inger Ashing, que pone énfasis en la gravedad de la situación en aquellos países más pobres y afectados por conflictos.
Por su parte, la directora de Alianza Global para la Educación (GPE), Alice Albright, considera que el contexto es «crítico» y pide acción política y financiera «inmediata» para evitar comprometer a largo plazo el futuro de millones de niños.