“Estoy aquí porque tengo que caminar por los demás aunque esté triste por la muerte de mi hija y porque quiero que el Señor me le dé vida a los que luchan”. Con esa motivación  la madre de Lorencita, una adolescente de 15 años fallecida de cáncer en mayo pasado, realizó  ayer el recorrido de cinco kilómetros  en “Caminantes por la Vida”.

Entre lágrimas, al llegar a la carpa que alojaba a sobrevivientes de la enfermedad y desde donde participó su hija el pasado año, la señora Lorenza Vargas contó que antes de morir, justo el Día de las Madres, Lorencita le pidió que apoyara al Voluntariado Jesús con los Niños, que la acompañó en el combate de su enfermedad.

 Como esta señora, más de 50 mil personas con diferentes motivaciones se concentraron ayer en el Jardín Botánico para entregar  sus pasos y voluntades a favor de una buena causa.

Desde las 7:00 de la mañana comenzó el desfile de personas hasta el punto de partida,  Avenida de los Próceres, en franco desafío al tumulto, el calor y los empujones de una multitud que ya para las 8:30 de la mañana estaba desesperada por iniciar la caminata. Desde el área de entrada se pudieron observar algunas fallas de organización.