El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y su etapa más grave, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), afectan a 39 millones de personas en todo el mundo, según datos publicados por UNICEF, en el año 2023.
De este grupo de personas afectadas, 2,58 millones son niños menores de 19 años, una realidad a la que lastimosamente no escapa la República Dominicana.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud Pública, cerca de 71,300 personas en el año 2023 vivían en el país con el virus de el VIH, de este total al menos 810 son niños, niñas y adolescentes de 0-18 años.
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Y según información suministrada por la doctora Rosa Abreu, infectóloga pediatra, solo en el hospital Robert Reid Cabral se atiende actualmente 350 niños, niñas y adolescentes (NNA).
La doctora Abreu es la encargada de la Unidad doctor Teófilo Gautier Abreu del hospital Robert Reid Cabral, donde dan servicios de salud a menores de edad seropositivos.
“Aquí recibimos y atendemos menores desde recién nacidos hasta los 18 años, actualmente tenemos una población de 350 pacientes, pero desde 1998 a la fecha, hemos ofrecido atención a más de 1,400 casos”, detalló la galena.
Además, la doctora Abreu destaca que del total de pacientes activos el mayor grupo está entre los 5 y los 9 años de edad, pero también asegura que hay una considerable población adolescente a la cual hay que prestar atención.
Línea de contagio
Según especialistas en la República Dominicana, la forma más común en que los menores de edad contraen el VIH es a través de la transmisión vertical, es decir de una madre infectada a su bebé durante el embarazo, parto o lactancia materna.
Educación sexual
La población adolescente representa un desafío. La infección se puede transmitir a los adolescentes a través de transmisión secundaria, o transmisión horizontal, es decir por el contacto con el semen, fluidos vaginales o sangre que contienen VIH. En la actualidad en el Robert Reid Cabral se atienden cinco adolescentes cuyo contagio fue por transmisión horizontal.
La transmisión sexual es la forma más común en la que los adolescentes contraen el VIH. La transmisión puede ocurrir durante las relaciones sexuales vaginales, orales o anales sin un preservativo.
“Los adolescentes están iniciando la actividad sexual cada vez más temprano, lo cual constituye un factor de riesgo muy importante”, dice Abreu.
Cuadro clínico
De acuerdo a la doctora Rosa Abreu, los niños infectados por el virus del VIH pueden no presentar síntomas obvios al principio. Sin embargo a medida que el sistema inmunitario se debilita, los síntomas pueden incluir: retraso en el desarrollo de funciones, como por ejemplo, caminar más tarde, diarrea frecuente, cuadros de neumonía, infecciones repetidas o prolongadas, pérdida de peso entre otros síntomas.
La doctora asegura que mientras más oportuno sea el tratamiento, mayor será la expectativa de vida. “El tratamiento ha avanzado mucho en los últimos años. Actualmente, muchos niños que viven con VIH llegan a la adultez e incluso tienen hijos totalmente sanos”, asegura.
Terapias
En la actualidad no se conoce la cura definitiva del VIH, pero puede ser tratado y controlado efectivamente. Actualmente, muchos niños y adultos con el virus llevan una prolongada expectativa de vida.
El tratamiento principal para NNA es el mismo que para los adultos: terapia antirretroviral. La terapia ayuda a evitar el progreso y la transmisión. “El tratamiento para niños requiere unas cuantas consideraciones, principalmente de la edad, la terapia antirretroviral incluye una combinación de al menos tres medicamentos antirretrovirales diferentes”, destaca la doctora.
Una revisión sistemática de 2014 determinó que empezar la terapia antirretroviral inmediatamente después del nacimiento aumenta la expectativa de vida de un niño, disminuye las enfermedades graves y las posibilidades de que el VIH progrese a la etapa de SIDA.
Un elemento clave para la terapia antirretroviral exitosa es la adherencia (seguirlo al pie de la letra) al régimen del tratamiento. Según la OMS, se requiere una adherencia de más del 95 por ciento para la supresión sostenida del virus.