El pasado mes de septiembre República Dominicana esperaba con júbilo el nacimiento del niño que elevaría la población a diez millones de habitantes.

Y así pasó, en horas de la tarde del 15 de septiembre nació Edward Enmanuel, en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, el esperado niño no solo aumentó la población dominicana, sino que además, junto a su madre Dulce Lebrón, de 16 años, reflejó un aumentó de la natalidad en adolescentes que asisten a ese centro de salud.

Y es que en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia han nacido este año 4 319 niños hijos de madres adolescentes menores de 18 años, lo que representa un 27 % del total de nacimientos registrados en este centro hospitalario.

Según la base de datos de este centro de salud, a la misma fecha se han consultado 10 790, menores embarazadas.

Así mimo explica Lilian Guerrero, directora de la Unidad de Adolescentes de La Altagracia, centro que acoge el 10 % de los nacimientos de todo el país tanto del sistema público como del privado, diariamente se consultan un mínimo de 35 pacientes menores de edad. “Las edades van de entre los 9 y los 19 años”, aclara.

La doctora Guerrero destacó que en la unidad que dirige dentro de la Maternidad la Altagracia, las menores son atendidas por cuatro ginecólogos, psicólogos, enfermeras y auxiliares de enfermería, para garantizar que las menores reciban la atención tanto psicológica como física, que su estado demanda.

Cruzando el río. En la Maternidad San Lorenzo de Los Mina la realidad es igual de neurálgica, cuenta el doctor Víctor Calderón, director del centro, quien informa que ellos también tienen cifras alarmantes. “El año pasado hubo 2 340 nacimientos de madres adolescentes, lo que representó el 10.66 % de los partos de este centro hospitalario”, dice. El galeno advierte que este año las cifras podrían ser mayores, puesto que a la fecha están recibiendo entre 130, 180 y 200 hijos de menores de edad por mes.

“Es un problema en crecimiento; es necesario que que las políticas de prevención sean más efectivas”, explica.

Una de las principales soluciones que el doctor Calderón favorece es que los jóvenes tengan acceso a educación sexual tanto en la casa como en la escuela. “No hablo de libertad absoluta, sino que hay que hablarles sobre su cuerpo, decirles las verdades y las mentiras sobre quedar embarazadas, tratar de que posterguen las relaciones sexuales y hacerles entender que si estudian tendrán más oportunidades en el futuro”, dice.

Un cuadro que se repite. Todas tienen los mismos factores en común: edad entre 9 y 19 años, suelen ser hijas de madres jóvenes solteras, proceden de un estrato socioeconómico bajo y la mayoría está embarazada de su novio. Aún hay más: casi todas estaban en la escuela, ya sea en la primaria o en la secundaria. Y la mayoría la abandonó cuando quedó embarazada.

Riesgos para la salud. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la segunda causa de mortalidad entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo. Los doctores Calderón y Guerrero, entrevistados por separado, coinciden en que el cuerpo de una adolescente no está preparado para el proceso del embarazo y posterior parto y durante esos nueve meses pueden llegar a sufrir importantes problemas de salud como preeclampsia y episodios hipertensivos, además de las hemorragias y las infecciones, a las que las adolescentes son más propensas, lo que muchas veces puede llevarlas a perder la vida.

Muerte materna. Según Sara Menéndez, oficial de salud del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) la mortalidad materna en República Dominicana es superior a la de los países de la región.

Las cifras que avalan responden al registro oficial según el cual hay 106 muertes por cada 100 000 nacidos vivos, cuando el promedio de los países de la región es de 80 fallecimientos por cada 100 000 nacidos vivos.

La edad para parir. Los especialistas sugieren que la etapa óptima para parir un hijo está entre los 20 a 30 años.

Los problemas sociales. Los embarazos en adolescentes constituyen un grave problema social y afectan el desarrollo de las adolescentes y la sobrevivencia de sus hijos e hijas.

En el “Boletín de la Organización Mundial de la Salud” se destaca la exclusión escolar, las burlas, la ampliación del círculo de la miseria y el matrimonio forzoso como los principales problemas sociales que arrastran los embarazos prematuros.

El precio metálico… ¿Cuánto cuesta a una adolescente del país llevar a término un embarazo? Un estudio hecho el economista Jefrey Lizardo para la universidad Intec y el Fondo de Población de Naciones Unidad (UNFPA) responde: fluctúa entre los 64 500 pesos en una clínica privada y 32 419 pesos en un hospital público.

Según la investigación, los embarazos de adolescentes son más costosos que los de las mujeres adultas por estar asociados a un mayor nivel de riesgo, sobre todo si la embarazada tiene menos de 15 años de edad.

En general, el gasto directo en servicios de atención al embarazo y la maternidad en adolescentes supera los 2 103 millones de pesos cada año. De éstos, el 57 % se realiza en hospitales públicos y el 43 % restante en las clínicas privadas.

El costo de atención al embarazo y la maternidad adolescente durante un año representa 33 veces la inversión contemplada para el Plan Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes, cuya implementación total se estima en 389 millones de pesos, cita el estudio.