Aunque la República Dominicana ha incrementado la producción de alimentos en las últimas décadas, más del 85% de la población entra en el rango de inseguridad alimentaria y alrededor de un 50% la padece de manera severa.

De igual forma la prevalencia de la desnutrición infantil crónica es mayor en los hogares de menores ingresos y de escasa instrucción escolar.
Esas son parte de las alertas que se señalan en la “Hoja de ruta para el cumplimiento de la meta Hambre Cero al año 2030”, un documento preparado por varias agencias del Gobierno en el que también se señala que el estancamiento de los ingresos y de la tasa de desempleo se convierten en las principales barreras para reducir la inseguridad alimentaria.
En el informe se explica que, en un contexto de crecimiento económico sostenido, “el desempleo y los bajos ingresos afectan en particular a las mujeres y a la población joven. Los hogares encabezados por mujeres representan el 40 % del total de hogares”.
“La falta de dinamismo en la producción de comestibles, los elevados niveles de inseguridad alimentaria detectados por la aplicación de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) indican la necesidad de contar con políticas mucho más selectivas y dirigidas, que enfrenten los problemas de acceso y de insuficiencia de ingresos”, se plantea en el documento.
Ubicación población vulnerable. En el documento se plantea como estrategia para reducir la inseguridad alimentaria identificar dónde vive el segmento de la población que está en esa situación de vulnerabilidad, y sus condiciones socioeconómicas.
De hecho, ya hay datos a mano que permitirían una intervención efectiva: “De los 3.2 millones de personas pobres estimadas para 2016, el 22% recibía un ingreso de pobreza extrema, y de esos la mitad vive en las zonas rurales”.
“En 2016, la pobreza monetaria extrema en las zonas urbanas alcanzó el 5.3%, mientras en las rurales fue de 8.9%. Las regiones El Valle, Enriquillo y Cibao Noroeste son las que muestran mayores tasas de pobreza monetaria general y extrema, con niveles superiores al 50%”, se plantea en el informe diagnóstico.
Importancia de la agricultura. Si bien en el informe se detallan los avances que ha tenido el país en términos de la reducción de la pobreza, a partir de las iniciativas gubernamentales, igualmente se señala la necesidad del fortalecimiento de las políticas públicas hacia el sector agropecuario.
Se destaca que para bajar los niveles de inseguridad alimentaria en las zonas rurales y urbanas se debe aumentar la producción de comestibles.
Pero la agricultura choca con dos barreras: que la mayoría de las unidades productivas son pequeñas, y sus propietarios enfrentan a restricciones estructurales importantes para incrementar su productividad”, se destaca en el referido informe.