En las últimas semanas diversas asociaciones empresariales han sostenido muy publicitados encuentros con los dos principales dirigentes del PRD, el ex presidente Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado. La más reciente de esas reuniones fue de don Hipólito nada menos que con la Asociación de Bancos Comerciales, cuyo vocero dijo luego que las medidas tomadas por el gobierno de Mejía a raíz de la quiebra fraudulenta de tres bancos en 2003 son el fundamento de la fuerte salud y gran bonanza del sector financiero dominicano hoy en día.

Es tremendo piropo para un estadista acusado por el partido de gobierno, el PLD, de ser responsable del alegado mal manejo de esa crisis entre cuyos componentes estuvo el “hoyo” de RD$55,000 millones de Baninter. ¿A quién creerle ahora, en estos tiempos tan confusos?

 La cuestión es que las principales asociaciones empresariales andan ofreciéndose de vitrinas para hacer vistosos a los posibles candidatos presidenciales del mayor partido de oposición. No será un esfuerzo concertado pero la coincidencia es anonadante. Hasta la Iglesia coquetea con el PRD, con una visita del obispo auxiliar de Santo Domingo, monseñor Pepe Arnáiz, al local del PRD dizque para explicarles la doctrina social de la Iglesia a los presuntamente socialdemócratas perredeístas.

Este “descubrimiento” del PRD por el empresariado ocurre después de un farragoso enfrentamiento a raíz del gobierno quebrar su palabra de no aumentar los impuestos cobrando en Aduanas un ITBIS por mercancías importadas y aún sin venderse ni transformarse en caso de ser materia prima. Se acusa al gobierno de glotonería impositiva y dispendio presupuestal. Hay genuina y válida preocupación por cuestiones como la denunciada corrupción impune, la hiperbólica conceptualización oficial sobre asuntos foráneos mientras asuntos domésticos requieren urgente atención; algunos creen que el gobierno está cansado o que se le acabaron las ideas encantadoras.

Otro comentario a “sottovoce” es que los “comesolos” han llegado a creerse que el país les pertenece sólo a ellos al acumular tanto poder político que pueden avasallar a cualquiera, como han hecho en estos días con el empresariado. Cual que sea la real explicación, la realidad es que sopla un viento nuevo en la política. Al PLD más le vale bajarse de su nube y venir acá a la realidad, pues según el refrán “más p’alante vive gente y en casa de bloques”…