Más papistas que el papa

Más papistas que el papa

Fueron donde el Papa Benedicto XVI  con el chisme de la corrupción en nuestro país; pero  no le informaron del progreso actual y el blindaje de nuestra economía; no le mencionaron las preciosas cifras de morbilidad y mortalidad materna e infantil; no le dijeron que ya no hay escuelas sin sanitarios ni techos adecuados y sin pupitres, ni que los hospitales son modelos de calidad de atención y eficiencia en los servicios y que hace muchísimo tiempo que los médicos y otros profesionales no hacen huelga porque sus salarios ya son justos.

Fueron mezquinos y no le dijeron  al Papa que en relación con el número de habitantes, éste es uno de los países con más instituciones detectoras de fraudes y delitos sociales, como la Cámara de Cuentas; varios organismos oficiales anticorrupción, numerosas ONG, subvencionadas por el mismo gobierno, incluida la propia iglesia, periodistas estilo Nuria Piera y la Contraloría General de la República, con un descomunal cuerpo de auditores que recientemente realizó en el Instituto Dominicano de Seguros Sociales un operativo de pago “personalizado” (no a través de tarjetas de débito, como antes) con el propósito de saber quiénes cobran sin trabajar.

Alguien nos preguntó si esos métodos de control detectan las irregularidades y sus autores y respondimos que sí, porque los dominicanos somos expertos en descubrir personas e instituciones fraudulentas como resultado lógico del gran volumen de organismos anticorrupción. La otra pregunta obligada: ¿Y qué se hace con los resultados? La respuesta inmediata: NADA.

Somos especialistas en denunciar y descubrir corruptos y algunos son nuestros preferidos para celebrarles sus travesuras en reuniones sociales, pero ni remotamente nos atrevemos a sancionar ejemplarmente la corrupción. Eso, en buen lenguaje criollo, sería tratar de ser más papistas que el papa y resulta que el Vaticano no tiene submarinos ni portaviones que nos obliguen a portarnos bien.

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