Mientras en Ginebra la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que el virus del zika, que ya se encuentra presente en más de veinte países de Latinoamérica, donde se le considera  “el principal sospechoso” de la multiplicación de malformaciones congénitas como la microcefalia, constituye una emergencia sanitaria mundial, en este fallido paraíso tropical el Colegio  Médico Dominicano (CMD) y su presidente, el doctor Waldo Ariel Suero, convocan a nuevos paros en los hospitales públicos, esta vez en la región Este, el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Estoy seguro de que somos el único país, entre todos los que están siendo afectados por el virus del zika, donde los médicos  y demás gremios del sector salud han decidido paralizar los hospitales públicos, a donde acuden los más pobres y vulnerables, en reclamo  de una serie de reivindicaciones que llevan años demandando y que no hay manera de satisfacer de un día para otro aunque las autoridades quisieran. Y eso lo sabe el doctor  Ariel Suero, quien ayer se quejó, al anunciar los paros convocados  para hoy y mañana jueves, de que los gremios que integran el Pacto Nacional por la Salud no han recibido ninguna respuesta de parte de las autoridades luego de concluir las “exitosas”  paralizaciones de la semana pasada en las regiones Norte y Sur. Como también sabe, dada su dilatada experiencia como gremialista de armas tomar, que este ni ningún gobierno va a sentarse a dialogar con esos gremios mientras estén promoviendo paralizaciones  en medio de una emergencia sanitaria, es decir mientras pretendan negociar  desde una posición de fuerza, lo que en las presentes  circunstancias resulta absolutamente inaceptable. Por eso creo que el presidente del Colegio Médico Dominicano    se haría un favor a sí mismo, a los médicos  y, sobre todo, al país si desiste de continuar promoviendo esos paros, tan inoportunos –insisto– como insensatos.