Más previsión

Más previsión

JOSÉ M. HERNÁNDEZ
La República Dominicana registra un incremento en los casos de dengue, situación que ha motivado a la Secretaría de Salud Pública a ejecutar un amplio programa para contrarrestar la mortal epidemia, que ya ha provocado la muerte a más de 34 personas en el territorio nacional.

El representante de la cartera, Bautista Rojas Gómez, así como su equipo de planificación en materia de sanidad ambiental, no previeron que la propagación del mosquito Aedes alcanzaría la categoría de epidemia. Es indudable que en principio el funcionario tuvo una actitud poco prudente, ya que llegó a decir que la enfermedad no representaba un peligro inminente para el país.

En nuestra nación se toman acciones, lamentablemente, cuando ya la enfermedad ha avanzado y provocado la muerte de decenas de personas; sabiendo el funcionario las fallas estructurales que en términos sanitarios y de medio ambiente padece la sociedad. Los indicadores, por ejemplo, sobre mortalidad materno-infantil registra una elevada tasa, debido a la ineficiencia del ministerio de Salud.

Los servicios de salud, al igual que los de educación, son prioritarios para garantizar una población capaz de mejorar la productividad, y por tanto, el desarrollo económico de la nación dominicana.

La República Dominicana se encuentra, comparado con otros países de la región, con peor inversión en salud, y por tanto, entre los países con índices sanitarios bajo, donde la expectativa de vida es baja y posee un sistema con un servicio público de salud que no satisface las expectativas de la población.

Aquí, a diario, se observan montones de basura y aguas negras en los diferentes municipios que conforman la provincia de Santo Domingo incluyendo la metrópoli, sin que las instituciones que tienen a su cargo ejecutar políticas y acciones hagan nada en corregir determinada realidad ambiental. Las autoridades, en cambio, no actúan muchas veces por las fallas estructurales del sistema y de recursos en sus instituciones.

La indiferencia de todo el que transita por nuestras calles es evidente, ya que no hay donde llamar para que determinada autoridad acuda en auxilio para corregir determinado foco de salud ambiental. Cuantas veces se ha escrito sobre la contaminación del río Ozama e Isabela, los cuales, por ejemplo, se ha dicho que condensan grandes niveles de concentraciones bacteriológicas.

El país ha registrado en los últimos 20 años una explosión demográfica, con su secuela de marginidad, de foco de contaminación e insalubridad, que tiene que motivar a Salud Pública -en conjunto con otras secretarías e instituciones- a realizar programas preventivos de concientización, así como diagnósticos, con el objetivo de incidir de manera determinante en la erradicación de muchas enfermedades.

Los altos índices de hacinamiento con su secuela de promiscuidad, trascienden la vivienda de los pobres, está presente en el transporte, en sitios de diversión, las barriadas se contaminan con el ruido, el alto volumen de bocinas que se oyen a cada paso, los escándalos en centros como los colmadones y otros centros de recreación. Se contaminan con las múltiples formas de conflictividad social que ahí encuentran un buen caldo de cultivo.

En la actualidad todavía se observa negligencia médica en las áreas de emergencias; la concentración de pacientes en las unidades de traumatologías por problemas de plantas físicas, es decir, que la sobrepoblación que acude a diversos centros, no encuentra la atención adecuada para contrarrestar cualquier dificultad que en materia de salud se presente.

Hace unos días -y esto guardando la distancia- el dirigente comunitario Fernando Peña, el cual ha sido un luchador constante en pro de los mejores intereses del país, tuvo un accidente de tránsito, y a los centros privados donde fue llevado no pudo ser atendido por no tener seguro médico al día, con lo que se demuestra la indolencia que prevalece en muchos de los centros de salud privado.

En definitiva: el ministerio de Salud tiene que trabajar de manera más tesonera para evitar -con diagnósticos precisos y con indicadores claves en las diversas áreas- que enfermedades como el dengue cada año lleve dolor y muerte a decenas de familias por la no prevención social del organismo que tiene a su cargo vigilar la salud colectiva de los ciudadanos del territorio nacional.

Ahora se tuvo que recurrir a una jornada masiva de concientización y eliminación de criaderos del mosquito transmisor como única forma de contrarrestar el avance de la mortal enfermedad que ha afectado, especialmente a niños, en todo el país. El Poder Ejecutivo tiene que reorientar su política con relación a mejorar en sistema hospitalario y sanitario del país.

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