Elmundo.es. Los linces siempre quieren más. La observación con cámaras de estos animales en peligro de extinción que se realiza desde el Centro de Cría de El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana (Huelva), está aportando datos hasta ahora inéditos en relación con la reproducción de estos felinos, como que su apetito sexual es tremendo.

Durante el celo de las hembras, seis o siete días al mes, éstas pueden llegar a copular con los machos hasta 40 veces al día, y parece que es la cautividad lo que les provoca este apetito, pues aumenta su concentración de hormonas (hasta 35 veces más que otros felinos).

Tanta actividad, lógicamente incrementa el porcentaje de gestaciones en una especie que, ya de por sí, se reproduce con dificultad debido a la baja calidad del esperma, que es consecuencia de la escasa variabilidad genética.

Además, al margen del gran apetito sexual de los linces, se  comprobó que al no estar en libertad, algunas parejas se afanan por mantenerse juntas e incluso se añoran cuando están separadas, lo que se traduce en maullidos espectaculares.

En Doñana han nacido  24 linces gracias a este programa de fomento de la reproducción, muy pocos si se toma en cuenta  su  actividad sexual. Muchos de ellos serán puestos en libertad el año próximo, y entonces comenzará una vida distinta para ellos, a la que tendrán que hacer frente sin la supervisión de los expertos.