Una vez MLB anunció de manera oficial la suspensión de Robinson Canó por 80 partidos por dar positivo a sustancias prohibidas, con razones sobradas, la mayoría de los dominicanos nos sentimos muy tristes y decepcionados.
El serie 23 se ha ganado el corazón de los dominicanos a base de mucho esfuerzo, diciendo presente cada vez que se le solicita en actividades sociales y deportivas, sobre todo en su natal San Pedro de Macorís.
Siendo el mejor segunda base de las Grandes Ligas y ganando millones de dólares con el equipo más caro y famoso del mundo, los Yankees de Nueva York, Canó se enfundó varias veces el uniforme de las Estrellas Orientales, siendo además el capitán y MVP del histórico equipo dominicano que ganó de forma invicta la versión 2013 del Clásico Mundial de Béisbol y arriesgando incluso su futuro contractual en ese momento.
No es que estamos de acuerdo con este u otros casos, pero Canó pagará por su error y sin importar que haya sido un simple diurético o no, los dominicanos debemos apoyarlo y no me queda la menor de las dudas que volverá a brillar al más alto nivel esta misma temporada.
Fuera del aspecto económico y el descrédito que esto conlleva, creo que esta es un mancha imborrable en un carrera que tenia toda la proyección de terminar en el tempo de los inmortales, sumándose a una lista de peloteros criollos con méritos sobrados para ingresar, pero que de una u otra forma han estado en situaciones similares, como son los casos de Alex Rodríguez, Manny Ramírez y Sammy Sosa, aunque este último nunca se le demostró vinculación de manera oficial.
República Dominicana, al mismo tiempo de ser el país mayor productor de talento, exceptuando Estados Unidos, también es el que más jugadores tiene vinculados al espinoso tema de los esteriodes con un total de 39, alguno de los cuales se han visto envueltos en dos y hasta en tres ocasiones, como es el caso del lanzador Jenrry Mejía.
Así es.