El pueblo dominicano nunca estuvo tan de acuerdo en un tema de interés colectivo. Las Estrellas merecían ser los campeones y quebrar el maleficio de más de 50 años sin alzar el trofeo.
Recuerdo a mi querido amigo ido a destiempo, el periodista Junior de Palma, quien profesaba su fanatismo por el equipo de San Pedro de Macorís y anhelaba verlos ganar el torneo, algo que no pudo realizar al igual que muchas personas.
Los orientales dominaron el torneo de principio a fin, ganando la Serie Regular, el Round Robin y por demás la final, producto de contrataciones claves de, entra otras como la de Yunesky Maya y José Sirí, este último convirtiéndose en la bujía inspiradora con un estilo entusiasta y agresivo que le mereció el premio al jugador Más Valioso.
Pero más que felicitar a las Estrellas y su gran fanaticada, creo que hay que resaltar el nivel de competitividad del torneo en las últimas 10 temporada, tramo en el que cada uno de los 6 equipos se ha proclamado campeón al menos en una ocasión y uno diferente en los últimos 5 años, equidad lograda mayormente tras la implementación de los sorteos, tanto el de novatos como los realizados durante la temporada de los equipos eliminados.
Fernando Tatis, en su primera incursión como mánager y su hijo del mismo nombre, el cotizado prospecto de los Padres de San Diego, merecen ser reconocidos en sus justa dimensión así como a todo un grupo de jugadores, coaches y directivos que se unificaron en función de una sola meta.
SERIE DEL CARIBE
El segundo y último título de las Estrellas fue en 1968. En aquel entonces la República Dominicana aún no participaba en la Serie del Caribe.s.