Como es una fruta, es normal que sea utilizada para la elaboración de postres; junto a otros ingredientes conjuga la esencia de un exótico sabor.
Y es que el dulzor y aroma de la pera hacen que se diferencie entre tantos otros sabores, dándole una característica particular a la receta.
Estos detalles hacen que esta y su amiga, la manzana, sean de las preferidas en cuanto a pastelería se refiere. En su composición, ambas contienen agua, azúcares y grasas.
Platos como peras al vino, los tradicionales bizcochos o cakes, peras en almíbar, flanes… son algunas de las opciones predilectas en recetas dulces elaboradas a base de las deliciosas y jugosas peras.
Pero no vaya usted a creer que por ser una dulce fruta solo se utiliza para hacer postres. También puede formar parte de una exquisita creación culinaria salada. Aunque mayormente su papel es servir como relleno de un plato salado, puede elaborarse con esta una deliciosa salsa, con la cual es posible aderezar pollo, cerdo, pavo, chuletas…, que sin duda resultaría una receta muy tentativa al paladar.
¡Vivir! le muestra una opción que fácilmente puede preparar en casa.
Las recetas
Solomillo con salsa de peras y nueces
1 solomillo de unos 800 gramos
3 peras
1 cebolla
6-8 nueces
200 mililitros de leche evaporada
3 cucharadas sopera de crema balsámica
Pimienta negra recién molida
Una pizca de sal y aceite de oliva
Preparación. Pele las nueces y resérvelas. Pele las peras, retire el corazón y córtelas en daditos. Ponga un poco de aceite de oliva en una sartén y cuando esté caliente, ponga a fuego medio y añada la cebolla pelada y picada. Luego que pasen un par de minutos, incorpore las peras y rehóguelas hasta que empiecen a estar tiernas, entonces agregue la leche evaporada, la pizca sal y la pimienta negra recién molida. Baje el fuego a mínimo y deje cocer hasta que las peras se deshagan y la leche evaporada espese un poco, entonces pase la salsa al vaso de la batidora y triture hasta obtener una salsa fina. Vuelva a pasar la salsa a la sartén y deje reducir unos minutos más incorporando las nueces reservadas.
Salpimente el solomillo y cuézalo en una sartén amplia con un poco de aceite de oliva. El tiempo de elaboración dependerá de cómo le guste la carne, si quiere conservar el centro rosadito, y claro, dependerá también del grosor del solomillo. Cuando esté en el punto de cocción deseado, vierta en la sartén la crema de balsámico y haga rodar el solomillo para que se impregne bien. Retire el solomillo del fuego y córtelo en medallones. Sirva la salsa de peras y nueces en la base del plato y disponga sobre ella los medallones de solomillo. Termine decorando el plato con unas gotas de crema de balsámico. Solo le queda disfrutar de esta exquisitez.