Más reflexiones sobre las encuestas

Más reflexiones sobre las encuestas

TEOFILO QUICO TABAR
Continuando el tema de la anterior entrega, cabe recordar que el uso de estudios, sondeos o encuestas en materia política en nuestro país, se inició justo con el proceso electoral mismo, luego de la desaparición de la dictadura trujillista, ya que como apoyo logístico los partidos que formaban parte de organizaciones internacionales, como fue el caso del desaparecido Partido Revolucionario Social Cristiano, recibió algunos expertos tratando de orientar a los dirigentes locales y con el fin de ver cuál sería su potencial electoral.

En ese sentido, se puede afirmar que el triunfo electoral del PRD y su candidato Juan Bosch en las elecciones del 1962, por lo menos para los que recibieron los informes de los expertos, no representó ninguna noticia nueva, pues ya lo habían advertido.

En ese entonces no habían llegado al país las empresas de estudios internacionales que hoy se conocen. Los que llegaron eran conocedores o expertos, que bajo el auspicio de las internacionales políticas, realizaban sondeos con la ayuda de compañeros locales que les servían de soporte. Vino gente de Chile, Alemania, Italia, Venezuela, pero todas esas informaciones eran únicamente para los partidos. Dichos datos entonces representaban secretos y formaban parte para su estrategia.

Más tarde los grupos económicos, como forma de dar soporte, apoyo o colaboración a las organizaciones políticas, sobre todo con posibilidades, comenzaron a ordenar estudios, aparentemente para ellos, pero en definitiva para las organizaciones políticas.

Al margen de los sentimientos o vinculaciones con determinado partido, la intervención de los grupos económicos en la elaboración de estudios de preferencias, se han hecho con criterios empresariales que les sirven de indicadores para ver incluso, entre otras cosas, en qué canastas comienzan a colocar mayor cantidad de huevos. Aunque tampoco faltan los que teniendo mucho dinero, poder y talvez poco qué hacer, necesiten de algún entretenimiento o hasta para satisfacer el morbo de algunos allegados.

La llegada de las empresas o firmas que se dedican a realizar estudios de mercado, pero cuyo fuerte en determinados períodos son los estudios de preferencias o encuestas políticas, les abrió un camino más expedito a los partidos y a los propios grupos empresariales, por cuanto aquellas empresas multinacionales o que operan en diferentes países con el mismo nombre, tratando de cuidar su imagen, no les gusta hacerle trabajos abiertos a los partidos o a los candidatos y como se hacía antes, los grupos económicos representaron la mejor cobija para esta operación empresarial.

Luego los medios de comunicación se inician también en la tarea de realizar este tipo de estudios de preferencias electorales, pero en otra vertiente. Tratando de colocarse a la vanguardia en las informaciones y en las cosas que atraen la atención de las mayorías para ganar prestigio. Pero el hecho de que los medios de comunicación participen en estudios de preferencias, no quiere decir que los grupos económicos no continúen encargando encuestas y que los partidos tampoco las hagan. Muy por el contrario. Cada uno necesita sus propios números. Los unos y los otros, porque las encuestas son actividades humanas, con todas sus consecuencias.

Las encuestas, sondeos o estudios de preferencias en el país han resultado interesantes, y aunque no resuelven los problemas porque si bien ofrecen una especie de diagnóstico clínico, solo aportan los posibles enfermos, pero ni buscan el hospital ni compran los medicamentos.

También hay que destacar que empresas que se dedican a realizar estudios de mercado, no solo hacen encuestas, sino que ellas representan una herramienta más de las que usan para poder ofrecer un mejor servicio a sus clientes, incluso en materia de imagen. Talvez por eso para algunos las encuestas no son ni buenas mi malas.

El problema surge cuando a las encuestas políticas no se les da un buen manejo, de una parte o de otra, porque les abren el camino a las guerras de preferencias y las guerras siempre causan daños, destrozos y dan paso a la utilización de cualquier método al margen de la ética y la moral, porque en la guerra el único objetivo es ganar, y lamentablemente, la única ética y la única moral son el triunfo por encima de todo y al costo que sea.

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