Más relevante que hablar

Más relevante que hablar

Escuchar es punto crítico de la mayo- ría de los procesos de comunicación

Es muy común que nunca leamos bien, ni completo, todo lo que tenemos en frente escrito, al igual que no escuchemos por completo lo que nos dicen.

Al primer hecho me referiré en otro momento, pero ahora comentaré sobre nuestro nivel y capacidad de escuchar, porque en muchas ocasiones empezamos a preparar nuestra respuesta antes de que la otra persona termine o hacemos un juicio previo y dejamos de escuchar el resto porque ya nos hemos hecho una idea del objetivo del mensaje.

Sería interesante verlo desde el punto de vista de que no es casualidad que tengamos dos orejas y solo una boca. Definitivamente está en estricta correlación con la anatomía humana, escuchar es doblemente más relevante que hablar. Sin embargo, es común la falta de escucha, a pesar de que escuchar es un punto crítico de la mayoría de los procesos de comunicación.

Si queremos lograr mayor efectividad de la comunicación, es necesario aprender a escuchar, es parte de esas habilidades que requerimos, y cuando aprendemos a escuchar nos convertimos en personas más cercana a los demás e incluso más confiables.

Pero esto no es algo de un abrir y cerrar de ojos, el saber realmente escuchar es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y la práctica ya que aunque parezca que todos escuchamos a los demás, no todos lo hacen de la manera adecuada. Las personas que son muy empáticas con las demás y las que suelen considerarse también exitosas en el ámbito laboral y social, tienden a tener bien desarrollada esta habilidad.


La escucha activa supone prestar atención y comprender adecuadamente el mensaje que nos están transmitiendo y a la vez mantener una actitud positiva. Por lo tanto, con esta técnica nos tenemos que centrar en lo que la otra persona está intentando decirnos. Porque cuando hablamos de escucha activa nos referimos a una manera de comunicarnos en donde se pretende hacerle saber a la persona que nos está comunicando algo que realmente se le está atendiendo y comprendiendo.

Y cuando escuchamos de manera activa a alguien, lo hacemos de manera consciente, es decir, hacemos un esfuerzo por centrar toda nuestra atención en aquello que nos está comunicando la otra persona y no sólo eso sino que también prestamos la atención suficiente para conocer realmente cómo se siente.
Según han determinado los expertos, algunos ejercicios que podemos llevar a cabo para desarrollar nuestra capacidad de escucha son:

  1. No juzgar. Recordemos que la persona nos está hablando acerca de lo que siente o de la manera en la que percibe las cosas, y esta no necesariamente tiene que ver con la manera en la que nosotros lo hacemos.
  2. Evitar dar consejos
    Si la persona no lo pide, evitemos comenzar a darle consejos, los cuales seguramente estarán basados a partir de nuestra experiencia y no de la otra persona.
  3. No interrumpir al otro
    Nunca debemos interrumpir a la otra persona cuando esté hablando al menos que sea absolutamente necesario.
  4. Prestar atención a los detalles y hacerlo saber
    Cuando hablemos con nuestro interlocutor, tratemos de mencionarle algún detalle que nos haya comentado la última vez que hablamos.
  5. Parafrasear
    Cuando hablemos con la otra persona podemos repetir partes de las últimas frases que haya dicho, con el fin de que le quede claro que lo estamos escuchando y para asegurarnos de que lo estamos comprendiendo bien.
  6. Reflejar los sentimientos de la otra persona.

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