El miércoles pasado -¿cuántos días no laborables han transcurrido desde entonces?- en esta misma columna citaba las sorprendentes respuestas sobre asuntos políticos que nuestro país había dado en una encuesta realizada simultáneamente en casi todos los países latinoamericanos por Latinobarómetro.  Pero esa misma encuesta hizo preguntas sobre temas no políticos y las respuestas de los dominicanos fueron igualmente sorprendentes.

Se hicieron tres sobre el papel de la mujer.  La primera fue:  “¿Está usted muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo en que es mejor que la mujer se concentre en el hogar y el hombre en el trabajo?”  Entre los hombres y mujeres que contestaron que estaban muy de acuerdo o de acuerdo, los dominicanos fuimos el cuarto país más machista y discriminatorio contra la mujer.  Sólo peores quedaron los hondureños con 60%, los guatemaltecos con un 51% y los paraguayos con un 48%.  Los dominicanos sacamos un 46%.  El promedio para la región fue un 37%.  Esto quiere decir que casi la mitad de los dominicanos prefieren que la mujer permanezca en el hogar, una respuesta negativa superada tan sólo por tres países muy atrasados.

Cuando se dijo:  “Si la mujer gana más que el hombre es casi seguro que tendrá problemas”, un 58% de los muy machotes mexicanos fueron los que más contestaron que sí, seguidos por los dominicanos con un 55%.

Pero donde la respuesta es todavía peor para los dominicanos es cuando se pide la reacción al comentario: “Los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres”.  Allí los dominicanos fueron los que en la región más estuvieron de acuerdo con la frase, en un 51%, cuando el promedio para la región fue de apenas 32%.  Es decir que la mitad de los dominicanos piensa así, mientras que tan sólo una tercera parte de los latinoamericanos coincide con el comentario.

Le pediría a mis amigas feministas y expertas en el tema que expliquen porqué los dominicanos, aun a principios del Siglo XXI, discriminan tanto contra la mujer, incluyendo las respuestas dadas por las propias mujeres, quienes representan un 50% de la muestra.

También se cuestionó si se estaba de acuerdo o en desacuerdo en que la privatización de empresas estatales ha sido beneficiosa para el país.  Los que más estuvieron de acuerdo fueron los brasileños con un 60%, los panameños con un 45% y los salvadoreños con un 40%.  Los dominicanos quedamos en cuarto lugar con un 39%.  Probablemente los beneficios resultantes del arrendamiento y/o cierre de ingenios, de las muchas empresas de CORDE y la capitalización de los generadores de electricidad, junto con la privatización, pero luego re-estatización, de las distribuidoras de energía, han convencido a los dominicanos sobre las bondades de la privatización.  Pero, lamentablemente, remamos en sentido contrario: una refinería de petróleo ahora estatal, un Metro estatal, un próximo tren estatal, un hotel estatal al lado de un estadio de pelota y hasta tal vez una fábrica de municiones estatal.

Pero fuera del ambiente de las encuestas, también sorprenden ciertas declaraciones de nuestro sector oficial.  El 6 de octubre, es decir hace apenas 3 meses, el Ministro Bengoa Albizu, el Ministro Montás y el Gobernador Valdez Albizu, en un documento público, la “Carta de Intención” al Fondo Monetario Internacional, suscrita por ellos tres, declararon:  “El crecimiento del producto se estima en 0.5% a 1.5% en el 2009”.  La semana pasada, sin embargo, el gobierno anunció que el crecimiento fue de “alrededor de 3.5%”.  En ese mismo documento se evidencia que durante los primeros nueve meses del año el crecimiento tan sólo fue de un 2%, por lo que, aplicando una matemática muy simple, entre octubre y diciembre el crecimiento tendría que haber sido de un astronómico 8% para que el año entero promedie 3.5%.  Tan sólo en 5 de los últimos 18 años nuestra economía ha crecido más de un 8% anual, pero el 2009 fue un año recesivo a nivel mundial.