Más rigor en la supervisión

Más rigor en la supervisión

El estallido de una planta expendedora  de gas licuado de petróleo en El Jobo de Guazumal, en Tamboril, que provocó golpes y quemaduras a  catorce personas y cuantiosos daños a viviendas y por lo menos una empresa, debe ser tomado como un recordatorio sobre la necesidad de mantener una rigurosa supervisión de las condiciones de operación de establecimientos de ese tipo en lugares poblados. Diógenes Santos, encargado de Digenor en Santiago, dijo que la planta estaba bajo observación por irregularidades que no detalló.

En otras oportunidades, y a propósito de incidentes de esta naturaleza, se ha puesto de manifiesto que muchas plantas envasadoras de gas propano operan sin cumplir los requisitos de seguridad para el manejo de sustancias altamente inflamables y conservadas a altas presiones. En  Tamboril se afirma que una fuga de gas de un gran tanque entró en combustión y provocó varias explosiones que lesionaron personas y dañaron vehículos, viviendas y  una fábrica de embutidos.

La supervisión de las plantas de gas no puede ser dejada para coyunturas como la que nos ocupa. Los bomberos, Digenor y cualquier otra instancia facultada para revisar equipos de esa naturaleza, deberían hacer inspecciones sorpresivas para  vigilar las condiciones de seguridad de estas plantas.

Un desmentido bien oportuno

La estabilidad de la economía y sus principales componentes ha sido un logro importante de la presente administración del Estado. La tasa de cambio, en  particular, ha permanecido estable a pesar de contingencias externas que perjudicaron las economías mundiales. No hay en la actualidad elementos que justifiquen cambios en la tasa cambiaria, a no ser los normales impulsados por fluctuaciones estacionales en la demanda de divisas.

De ahí que ha sido bien oportuna la intervención del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, para desmentir rumores en el sentido de que los rectores de la política monetaria pretenderían estimular un aumento de la tasa de cambio para ajustar la economía. La estabilidad macro-económica del país es una realidad que ha merecido elogios de organismos internacionales y aunque es difícil que rumores aviesos puedan cambiarla, siempre es oportuno desmentirlos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas