Más sobre el ensayo deportivo orteguiano

Más sobre el ensayo deportivo orteguiano

Retomando el tema de Ortega y Gasset en su ya clásico y original ensayo sobre el Origen Deportivo del Estado, que parte de épocas muy primitivas con el predominio de la clase de los hombres jóvenes concentrados en un tipo de sociedad secreta, también dirige su atención hacia tiempos plenamente históricos como los de las antiguas sociedades helénicas y latinas.

Pero antes de entrar a esa parte, no podemos dejar pasar por alto cuando el pensador español refiere que llegó un momento en que el resto de la masa social  buscó la defensa frente a las asociaciones bélicas de jóvenes y surge la asociación de los viejos: el Senado, mientras que por su lado la mujer se hace centro de un grupo social opuesto al “club” de varones; es la primera familia, la familia matriarcal, en efecto defensivo y opuesta al Estado.

Al ampliar su visión dice que parece la historia humana avanzar según un doble ritmo: el ritmo de edades y el de los sexos.  Y que si se investiga qué forma de sociedad aparece inmediatamente después de la forma informe                                                           (horda) nos encontramos con la tribu, un tipo de sociedad dotada ya de un comienzo de organización, donde el principio de la misma es la edad.

Está convencido que donde quiera que se reconozca la incorporación auténticamente originaria de un organismo político, donde quiera que se compruebe el surgimiento de un Estado, se encontrará la presencia del “club” juvenil.

Con respecto a los helenistas, en Grecia estas instituciones se llamaban “file” (tribu), “fratria” (hermandad), “hetairía” (compañía). Según Ortega, los  helenistas entendían el sentido de estas palabras, pero no entendieron hasta mucho tiempo después  qué cosas eran las así designadas.

Sin embargo, la “fratria” o hermandad tenía entre los arios su correspondencia en la clase de edad de los jóvenes, organizada en asociación de fiesta y guerra.

En Esparta, por el contrario, una sociedad menos pensante que la ateniense se encuentran las “fratrias”  bajo una especie de organización militar. Todo el que procure- prosigue la tesis que nos ocupa- saber sobre la vida militar lacedemonia con cualquier asociación de jóvenes existentes, incluidos los pueblos llamados salvajes como los Massai del África, quedará sorprendido por la similitud.

Con respecto al Estado romano, cuando se destronaron los reyes, que eran etruscos, aparecen los cónsules, cuyo significado es que danzan juntos, y son los jefes de los jóvenes guerreros y danzarines que convivían en una asociación juvenil. Su casa y hermandad se llamó la curia.

Hasta aquí un resumen muy apretado sobre el interesante ensayo orteguiano en torno al origen deportivo del Estado.

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