Los perredeístas y sus aliados reunidos en San José de Costa Rica reaccionaron alborozados cuando supieron que el Presidente Joaquín Balaguer había contestado que su Gobierno aceptaba y garantizaba la presencia de una misión del PRD en suelo dominicano. Los planes para el retorno empezaron a diseñarse y las fichas comenzaron a moverse. El libro de Stormy Reynoso Sicard, “Así nació la democracia dominicana. 30 de mayo 1961-18 enero 1961”, reconstruye estas escenas paso a paso. Se abría el telón de una nueva etapa para el partido blanco y también para la política y para la historia de la República Dominicana.
Ángel Miolán, Ramón A. Castillo y Nicolás Silfa se auto-propusieron para integrar la comisión y viajar a Santo Domingo. Eran tres veteranos del exilio y tres perredeístas que por años militaban en la lucha contra el régimen de Trujillo. Se aprobó que los comisionados viajaran a Santo Domingo y que el presidente del partido, el profesor Juan Bosch, se quedara en la retaguardia, en San José, para movilizar la opinión pública internacional y para buscar recursos para las nuevas tareas. Así se hizo.
Stormy cuenta en su libro que Miolán era nativo de Dajabón, a la sazón tenía 46 años de edad y 26 en el exilio. Silfa era azuano, también de 46 años, con 25 en el exilio. El más joven era Castillo, de San Pedro de Macorís, de 40 años de edad, con 11 en el exilio. Como se acordó, los tres se reunieron en Puerto Rico el 24 de junio y se hospedaron en el Hotel Olimpo Court de Santurce. Desde aquí hicieron contactos con el cónsul dominicano en Puerto Rico, Nilo Soto, a quien entregaron una carta con las condiciones que ponían al Gobierno para regresar a Santo Domingo.
Todo iba muy rápido, como cuenta Stormy Reynoso Sicard en su historia del Partido Revolucionario Dominicano. Mientras el cónsul hacía los trámites de lugar, el PRD y sus aliados enviaron a Santo Domingo a Sacha Volman. Fue una visita discreta. Sacha llegó a la capital dominicana el 28 de junio de 1961, temprano de la mañana. Otros relatos dicen que se hizo pasar por periodista. En la misma mañana se reunió con el ingeniero Félix M. Germán hijo. Con éste conversó unas cuatro horas. En los días siguientes habló con Antinoe Fiallo, hermano de Viriato Fiallo, el jefe de Unión Cívica Nacional, y con el mismo presidente Balaguer. Regresó a Puerto Rico el viernes 30 de junio.
Sin perder tiempo y como lo relata Stormy, ese mismo día Sacha se reunió en el hotel Normandie de San Juan, en Puerto Rico, con Miolán, Silfa y Castillo, quienes de seguro esperaban ansiosos las noticias y las impresiones que su aliado les llevaría sobre la situación reinante en Ciudad Trujillo, sobre todo en el aspecto político. La conclusión del informe de Sacha Volman fue este, de acuerdo a Reynoso Sicard: “El pueblo quiere que ustedes vayan, los están esperando. Yo no les digo que vayan o que no vayan. Después de este informe esa decisión es de ustedes”.
Los hechos seguían precipitándose y el domingo 2 de junio los comisionados perredeístas fueron convocados por el cónsul dominicano Nilo Soto, quien dio respuesta a sus peticiones y les dijo: “Mi Gobierno acepta los siete puntos expuestos por ustedes como condiciones de su organización”. Acto seguido entregó a cada uno una carta de ruta para viajar a Santo Domingo.
El cuatro de julio, en una rueda de prensa, Ángel Miolán y sus compañeros Nicolás Silva y Ramón A. Castillo anunciaron al mundo que el día siguiente viajarían a Santo Domingo. Eran momentos cargados de significados y de temores. Se dejaba atrás el largo exilio y se iba a luchar por la democracia en un ambiente político desconocido, del que solo se tenían ideas. El miércoles 5 de julio de 1961, a las 8:35 de la mañana arriba a Santo Domingo la comisión de avanzada del PRD. Llegó en un vuelo de la Pan American procedente de San Juan, Puerto Rico.
Así narra Stormy Reynoso Sicard, en su excelente relato cronológico, la historia del PRD.
El trío fue recibido por don Emilio Rodríguez Demorizi, el destacado historiador dominicano y amigo personal del profesor Juan Bosch, quien a la sazón era secretario de Educación. Don Emilio saludó a Miolán, Silfa y Castillo en nombre del Gobierno y les reiteró las promesas que el Presidente Balaguer les había hecho llegar en Costa Rica y en Puerto Rico. Y como parecía que todo estaba previsto en un libreto, los comisionados entregaron de inmediato una declaración escrita a la prensa:
“Llegamos a la Patria con una emoción que no puede describirse con palabras, después de tantos años de ausencia. Venimos sin odios ni rencores, a tratar de contribuir junto al pueblo dominicano, al nacimiento de la democracia en la República Dominicana”.